sábado, 14 de abril de 2012

Quinto tema "Dios quiere salvarnos: Jesús y la Iglesia"




TEMA 5 Dios quiere salvarnos: Jesús y la Iglesia




1. Jesús enviado del Padre: nuestra salvación

La Santísima Trinidad es un solo Dios verdadero. Tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero una única realidad divina. Las tres personas divinas son las que crearon juntas al universo entero, es decir que la creación es una obra trinitaria completamente. Es por eso, que cuando Adán y Eva pecaron, Dios trinitario no abandonó a la raza humana, sino que le prometió un enviado, un ungido que los sacaría de la esclavitud del pecado en que habían caído.
Hay que acordarse de que por el pecado original quedó trastocada toda la realidad de la creación, el hombre empezó a sufrir el trabajo, la mujer al dar a luz lo comenzó a hacer con dolor, apareció la enfermedad, y toda clase de sufrimientos para el hombre, hasta la más delicada de todas que es la muerte. Por eso decimos “Dios nos salva”, ¿de qué?, justamente de todo lo que significa el pecado y sus consecuencias.
Aquí debemos decir que el pecado trajo tres rupturas, porque el pecado siempre rompe o destruye la relación con Dios (vertical), y la relación con los otros hombres, nuestros hermanos, pero también con la naturaleza (horizontal).
El hombre en estado de pecado se encuentra en el desierto, sólo, sin entenderse y sin entender a los demás.
Es esa situación de hombre caído, a la que responde el amor de Dios Trinitario, y por eso el Padre y el Espíritu envían a su Hijo al vientre de la Santísima Virgen María, justamente para cumplir la promesa de salvación que había hecho desde antiguo. Esta promesa está en el mismo Génesis, y se encuentra presente a lo largo de todo el Antiguo Testamento.
Es decir, que por un acto de infinito amor se nos envía la segunda persona trinitaria, el Hijo eterno del Padre, que tomando carne humana como la nuestra se hace hombre al que se le llamó JESÚS, el Salvador del mundo.

La obra de salvación es la Pascua





Si bien es cierto que desde el mismo momento en que el Hijo de Dios se hace hombre en el vientre de María comenzó a salvarnos, no podemos dejar de decir que Jesús nos redimió de todo mal y sobre todo de la muerte eterna por medio de su Cruz, es decir de la Pascua. Cuando decimos Pascua, estamos diciendo aquellos gestos salvadores de Jesús que comienzan en la PASIÓN llevando la Cruz a cuestas hasta el Calvario, MUERTE en la Cruz, SEPULTURA en la cueva nueva, RESURRECCIÓN el domingo de la Pascua, y ASCENCIÓN GLORIOSA al cielo. Todo ese conjunto de actos salvíficos son la Pascua cristiana que celebramos cada Semana Santa. Siempre recordando que toda la vida de Jesús es salvadora, pero sobre todo ganó nuestra libertad muriendo y resucitando.

2. Jesús obra en y por la IGLESIA





Enviado por el Padre por obra y gracia del Espíritu Santo, la segunda persona trinitaria se hace JESUS DE NAZARETH. Fue bebé, niño, adolescente, joven, y a los treinta años comenzó la misión de predicación de la Buena Nueva (la gran noticia) “llegado la hora en que el Padre cumple con su promesa de salvación”. Jesús habiendo crecido en un hogar creyente entre Santa María y San José, se hizo un varón cumplidor de sus deberes como judío. Es así que cumplido sus 33 años se hizo bautizar en el Río Jordán por su primo San Juan Bautista, y se fue al desierto a orar (40 días), después de lo cual comenzó a buscar un grupo de amigos para dar comienzo a la obra de la evangelización o predicación del Reino de Dios que ya había comenzado porque estaba Dios presente en el mundo a través suyo.
Así, lentamente fue eligiendo a algunos hombres, que llegaron a ser doce en total: los APÓSTOLES. Ellos son denominados así porque cumplen cinco condiciones a saber:
• Haber conocido directamente a Jesús.
• Haber sido escogidos y enviados por Jesús.
• Haber sido testigos de Jesucristo resucitado.
• Dar la vida por Dios y por el evangelio.
• Seguir a Jesucristo.
El nombre de cada uno de ellos es algo muy importante y que todo católico debe saber muy bien:

• Pedro, Simón, hijo de Jonás o Juan(Mt 16:18).
• Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo .
• Andrés, hermano de Pedro y exdiscípulo de Juan el Bautista
• Juan, el menor de los doce, también hijo de Zebedeo (por tanto, hermano de Santiago el Mayor (Mr 3:17)
• Felipe de Betsaida
• Bartolomé hijo de Talemai, llamado también Natanael de Caná.
• Tomás (llamado Dídimo o Mellizo).
• Mateo, el publicano o recaudador de impuestos, llamado también Leví.
• Santiago el Menor, Santiago, hijo de Alfeo, llamado también Santiago el Justo.
• Judas Tadeo. En algunos manuscritos de Mateo, el nombre «Lebbaeus» ocupa su lugar o es llamado Judas, hermano de Santiago (Lc 6:16).
• Simón el Cananeo, el Celador o Zelote (guerrillero).
• Judas Iscariote. También es referido como «Judas, hijo de Simón» (Jn 6:71; Jn13:26). Judas, a causa de su traición a Jesús, se ahorco (de acuerdo a Mateo 27:5 y Hechos 1:18) y a raíz de esto se escogió a Matías como su reemplazo.
• Matías, el sucesor de Judas, elegido a la suerte en el monte de la sangre, Cito, Hechos 1, 12-26. Hay muchos comentaristas bíblicos que no reconocen a Matías como sucesor de Judas ya que sólo Cristo Jesús es quien escoge a los Apóstoles y no delegó en ellos esta función.
Este fue el grupo de amigos o compañeros a los que Jesús eligió para que lo acompañaran en su tarea. Les fue enseñando que quería Dios, quién era Él, y que deberían hacer ellos cuando cumplida la misión de Jesús, ellos siguieran el camino que les había marcado. Por eso, aquí ya podemos decir que cuando elige a sus Apóstoles, Jesús está fundando la Iglesia Católica, Apostólica. Aquí nace la Iglesia como el pequeño grupo de amigos de JESÚS, probablemente junto a otros seguidores, entre los que había mujeres, seguramente también su madre la Virgen María.
Toda la obra de Jesús fue realizada entre sus amigos los Apóstoles, ellos siempre estuvieron con Él, miraban, aprendían, y también lo desobedecían, pero Jesús siempre lo sabía y los reprendía para que aprendieran lo que era ser seguidor del Hijo de Dios y pertenecer a su Iglesia. Con ellos caminaba, predicaba, enseñaba, curaba enfermos, resucitaba muertos, expulsaba demonios, y hacía el bien a todos lo que se acercaban. De tal forma que la obra de JESÚS es siempre en la Iglesia y por medio de ella.
Aquí tenemos que distinguir, una cosa son los 12 Apóstoles, que Jesús eligió, y otra cosa son los discípulos que eran muchos que lo seguían pero no de la manera cercana que lo hicieron los apóstoles. Y todos unos como otros eran ya la Iglesia de Jesucristo. Los Apóstoles lo acompañaron siempre, y todos fueron testigos de su amor, pero sobre todo de la Pascua, es decir de su muerte y resurrección. Después de ascender a los cielos ellos se dirigieron a distintas partes del mundo conocido llevando el nombre de Jesús, evangelizando bautizaron a hombres, mujeres y niños en la época del imperio Romano, y así lentamente creció la Iglesia Católica que ahora está en todo el mundo. Una semilla pequeña de doce hombres, llegó a ser por obra del Espíritu Santo un pueblo desparramado por todo el orbe.




3. ¿Qué es la Iglesia? ¿Quienes la forman? ¿Quién es su cabeza y fundamento?

La Iglesia que se formó con los primeros doce Apóstoles, y los discípulos que lo siguieron a Jesús se extendió por el mundo entero, este crecimiento llevó muchos siglos, hasta hoy, porque hoy somos nosotros los seguidores de Jesús, por eso nos decimos cristianos, porque por el bautismo hemos sido hechos hijos de Dios y comenzamos a formar parte de la Iglesia.
Por tanto la Iglesia es el CONJUNTO DE TODOS LOS QUE ESTAMOS BAUTIZADOS en nombre de la Santísima Trinidad, tal como le mandó a los Apóstoles Jesús mismo “Vayan y bauticen en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñen lo que yo les he enseñado” Mt.
La Iglesia no es la capilla o el templo material, la Iglesia somos nosotros los bautizados, es decir los que hemos sido salvados por Jesús el Cristo.
Pero San Pablo comparó a la Iglesia con un gran cuerpo, dónde cada uno de nosotros somos ese cuerpo, pero un cuerpo no puede no tener cabeza que lo dirija, la cabeza del Cuerpo de la Iglesia es Jesucristo el Señor. Jesús es el fundamento primero y último de toda la Iglesia, Él la formó, Él la envió, Él le dio el poder y seguirá hasta que vuelva por última vez al final de los tiempos.
Esta Iglesia que somos nosotros está siempre asistida por el Espíritu Santo que el Padre y Jesús envían, por eso a pesar de años, a pesar de los errores de los que componemos su cuerpo, la Iglesia sigue, y seguirá siempre indefectible porque no es nuestra es de Jesús, es Él su cabeza eterna hasta el final. Cuando alguien habla mal de la Iglesia de Jesús, está hablando mal además de Jesús, de cada uno de nosotros. La Iglesia somos todos.

4. Las notas de la Iglesia: católica – apostólica – romana





La Iglesia que fundó Jesús es lo que llamamos también la “comunidad de salvación”, “rebaño del Señor”, “pueblo de Dios”. Es decir el grupo de los que renacidos por el bautismo somos parte de su cuerpo místico. De tal modo que injertados por el bautismo hemos renacido a una vida nueva, la vida de hijos de Dios que nos hace a todos partícipes de un solo rebaño, con un solo Pastor Supremo: Jesús.
Cuando Jesús quiso su Iglesia, la fundó única, es decir sin división, una sola Iglesia que manifestara la unidad de la Trinidad, por eso la primera nota de la Iglesia es ser UNA.
Además de una, por la presencia de la santidad de Jesús y del Espíritu Santo que la mueve, se dice que la segunda nota de la Iglesia es SANTA, santa porque la santidad viene de su Señor, esto no significa que los que formamos parte de la Iglesia no seamos pecadores, pero sin embargo en virtud de ser el mismo Señor el que vive en ella y el Espíritu que la alienta es santa.
El Señor ha querido que este rebaño fuera extenso en todo el mundo por eso la primera nota de la Iglesia es ser CATÓLICA, la palabra cato-likos significa justamente eso: universal, está presente en toda la tierra y animada por el Espíritu Santo. La dimensión de la Iglesia de Jesucristo es universal porque abarca todo el mundo, también se dice: todo el “orbe”.
Pero además, sabemos ya que los primeros congregados en torno a Jesús fueron sus elegidos, los Apóstoles, y a ellos les confió la misión de llevar la noticia de la salvación, les dio poder para curar, predicar, expulsar al mal, y llevar la gracia de Jesús por medio de los Sacramentos. Por eso, porque la fundó sobre los Apóstoles se dice que la Iglesia es APOSTÓLICA.
Además de estas cuatro notas esenciales, hay una quinta que es histórica, porque cuando Jesús le dio un jefe a la Iglesia lo puso al frente a Simón Pedro, como la roca sobre la que edificaba la gran familia cristiana, y sabemos que el Apóstol principal, es decir cabeza del grupo de los doce fue San Pedro, que incansablemente después de que Jesús subiera al cielo, predicó por muchos lugares la conversión del corazón al Evangelio, hasta llegar a la ciudad de Roma, capital del Imperio, dónde es apresado y muerto en la cruz invertida, en la colina vaticana, dónde hoy se encuentra la Basílica de San Pedro, erigida en su honor, y en dónde se encuentran sus restos, debajo del altar mayor del templo mayor de la catolicidad, por esta razón la Iglesia es ROMANA, porque es en Roma dónde murió el primero y más grande de los Apóstoles del Señor.





5. El sacramento del orden: diaconado, presbiterado, episcopado (jerarquía)





Cuando Jesús unió a los doce apóstoles a su misión, también además de enseñarles todo lo referido a como vivir su estilo de vida, el cristiano, los dotó de poder como ya hemos dicho. Estos poderes sagrados son una “potestad sagrada” para poder hacer presente el Reino de Dios en medio nuestro. No podría ser que los enviara al mundo sin aquello que es necesario para llevar adelante su tarea. Es como si alguien te mandara a barrer y no te diera la escoba. Es decir los Apóstoles fueron dotados de poderes divinos para que la gracia ganada por Jesús en la Cruz llegara a nosotros hoy y en todos los tiempos al mundo entero.
Es así que, cuando el Jueves Santo estaba cenando con ellos, le dijo: “Hagan esto en memoria mía”, con lo cual les estaba mandando hacer la misma cena, pero en su nombre, y con su poder, y allí vemos claramente como nace la orden de repetir aquella cena que es la Santa Misa, que cada vez que se celebra es el mismo Jesús que en la persona del sacerdote o el obispo la realiza. Lo mismo pasa con el bautismo: “Vayan y bauticen”… y así podemos hacerlo con cada uno de los Sacramentos.
De tal forma que Jesús ha instituido colaboradores, los primeros son los Aspóstoles, y luego sus sucesores los obispos, y colaboradores de ellos los presbíteros (sacerdotes), de tal manera que así surge el Sacramento del Orden Sagrado, constituido por tres grados: OBISPOS, PRESBÍTEROS, Y DIÁCONOS.
Jesús sabía bien que la obra que Él había comenzado tenía que seguir a lo largo del tiempo, por eso dejó a los Apóstoles, y obispos, sacerdotes y a diáconos para que su Palabra y Sacramentos llegara a todos en todos los lugares.
El primer Papa, los primeros obispos
El primer Papa de la Iglesia Católica fue San Pedro, cuando Jesús le dice “Sobre ti Pedro edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán” esta dando a Pedro el ser el jefe de los Apóstoles, y todos los que le suceden a San Pedro, que fue el primer obispo de Roma, son sucesores de él, por eso se les dice a los Papas “Sucesores del Apóstol Pedro”, es quién preside la Iglesia en nombre de Cristo.
Y los Apóstoles, fueron los primeros obispos ordenados por el mismo Jesús, tienen sus sucesores que son los obispos de cada lugar. Los sacerdotes son colaboradores del orden episcopal, junto con los diáconos.
Los laicos, o seglares, son todos los bautizados hechos hijos de Dios, que formando un cuerpo tenemos por pastores al Papa, jefe de la Iglesia Universal, porque es el obispo de Roma, los obispos sucesores de los Apóstoles, cabeza de cada diócesis, y los sacerdotes en cada pueblo o parroquia para colaborar con el obispo llevando la Palabra y los Sacramentos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario