viernes, 31 de diciembre de 2010

¡Feliz y venturoso año del Señor 2011!


¡Señor, Creador, Redentor y Santificador de la historia, rogamos nos des un santo año cargado de esperanza y paz!

miércoles, 29 de diciembre de 2010

"Mejorar la catequesis una urgencia pastoral"


Haciendo un recuento del año que hemos vivido, y evaluando en clave de mejorar la vida pastoral-doctrinal me encontré con este escrito que pertenece a un párroco de Whashington, y que su traducción la hizo la Buhardilla hace algún tiempo, me ayudó a pensar el tema "catequesis", y a profundizar en orden a esta nueva evangelización de occidente.

Casi nadie en la Iglesia diría hoy que hemos hecho un buen trabajo en el transmitir la fe a nuestros niños. Dependiendo de cómo lo consideremos, hemos perdido dos o tres generaciones en la ignorancia y la incapacidad de articular la fe. Incluso las enseñanzas más básicas son desconocidas para los jóvenes.

Algunos años atrás, hablando con niños católicos de sexto grado acerca de Adán y Eva, descubrí que ellos tenían muy poca idea de quiénes eran Adán y Eva, sabían sólo que estaban “en la Biblia o algo”. Eso era todo. Recolecté todos los libros de religión, e instituí un curriculum de “retorno a lo básico” para cada nivel. Comenzamos con la creación y la caída del hombre y usamos la narrativa bíblica junto con preguntas y respuestas a memorizar, culminando el año con un “concurso de religión”, con premios, en el que se esperaba que los niños demostraran su conocimiento del material. Los niños lo hicieron bien, y lo contaron a los gritos a sus padres. Al año siguiente instituimos un programa paralelo para los padres. Mientras sus hijos estaban en la escuela dominical, yo instruía a los padres con el mismo material.

No soy experto en pedagogía (teoría de la educación), pero me parece bastante claro que tenemos serias carencias en dos áreas importantes de la instrucción catequética: la disciplina y el contenido. ¡Brechas bastante devastadoras, me parece! No queda más que auto-estima y lemas como “Dios te ama”.

En cuanto a los contenidos, parece que hemos mejorado. La publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, y requerimientos más estrictos de que nuestros materiales catequéticos se conformen con él, han sido la mayor reforma. Nuestros materiales son más ortodoxos y el contenido es más sustancial que en los oscuros años de los ’70 y ’80. Se han publicado distintas buenas series, que tienen buen contenido y son también agradables a la vista. No las mencionaré por nombre, dado que éste es un blog de la Arquidiócesis y no es apropiado que las señale. Por esto, entonces, creo que el contenido está mejorando.

Pero el contenido no es suficiente. También se requiere disciplina académica. Todo el mejor material y el más visualmente hermoso no puede hacer, por sí solo, que los niños comprendan la fe. Debe reafirmarse una disciplina académica más fuerte y rigurosa en el proceso catequético. Hay algunos elementos de esta disciplina académica que quisiera mencionar, quizá vosotros podáis agregar más.

1. Repetición: Existe un antiguo adagio latino: Repetitio mater studiorum (la repetición es la madre de los estudios). El aprendizaje requiere mucho de la repetición, para que lo aprendido penetre y se transforme en una segunda naturaleza. Uno de los mayores defectos en el actual proceso catequético en la mayoría de las parroquias y escuelas católicas es la forma en que el currículum está dividido. En segundo grado hablamos de la Santa Comunión y de la Confesión, pero no lo hacemos nunca más. En cuarto grado, hablamos de los Mandamientos, pero nunca más. En quinto grado hablamos de la Iglesia (historia y estructura), pero nunca más. En sexto grado hablamos de la Vida de Jesús, pero no lo hacemos nunca más. Y así con todo. El proceso catequético está “compartimentalizado” y no siempre parece construir sobre el dominio de lo que se enseñó antes.

Hablar de las cosas una sola vez difícilmente parece efectivo, especialmente si el material no construye sobre lo que vino antes. En la escuela pública, al menos en mi tiempo, las matemáticas hacían un gran trabajo de currículum en espiral que combinaba la repetición con un dominio cada vez mayor al mismo tiempo que se introducía nuevo material. Primero aprendimos los números. Luego usamos los números para contar. Después usamos los números y el conteo para ir hacia atrás y hacia adelante, sumando y restando. Luego usamos los números y las funciones para darnos cuenta de que los números enteros pueden ser fraccionados, y que los números pueden tener valores negativos, y aprendimos cómo contar en fracciones y cómo sumarlas, restarlas, multiplicarlas y dividirlas. Y el material continuó construyendo sobre el manejo de lo que aprendimos antes, y esto no quedó atrás sino que se plegó al nuevo material y fue utilizado en una espiral ascendente.

Es verdad que la fe no es tan simple como las matemáticas, pero la narrativa de la fe sí construye en un modo espiral. Desde Dios a la Creación, a la caída, a la promesa de Salvación, al Misterio Pascual, a la vida de la gracia por los Sacramentos, hasta la última restauración con Dios para siempre en el paraíso del Cielo. Estos elementos básicos deben ser vistos una y otra vez en una espiral ascendente que respete el crecimiento humano en sus distintos niveles. Pero hablar de la Creación y la caída sólo en los primeros grados y no hablar para nada de ellos luego lleva como resultado a un estudiante olvidadizo y confundido. Si olvidamos la herida del pecado original y la pérdida de la relación con Dios, ¿cómo va a tener sentido la Redención? No nos asombremos si todo les parece a muchos de ellos “irrelevante”.

2. Memorización: El manejo del material es casi imposible sin la buena y pasada de moda memorización. Simplemente tenemos que saber cosas como los siete Sacramentos, los Diez Mandamientos, los siete pecados capitales, las oraciones básicas, los siete Dones del Espíritu Santo. Más aún, definiciones básicas de la gracia, de la Redención, del pecado mortal y del pecado venial, de la Encarnación, etc., deben ser memorizadas y comprendidas. Respuestas a cuestiones básicas como por qué Dios me hizo a mí, quiénes fueron nuestros primeros padres, qué es la Iglesia, quiénes fueron los Profetas, etc. Respuestas como éstas necesitan saberse de memoria. Sin que estas piedras base del edificio se sepan de memoria, muy poca edificación se podrá continuar. Estas cosas básicas memorizadas son como soportes de los que cuelgan muchas otras. Sin los soportes, todo se derrumba. En la escuela, al principio memoricé el abecedario, y luego muchas palabras y cómo estas se deletreaban. Mucho dependía de que me aprendiera estas cosas básicas de memoria. Lo mismo con las tablas de multiplicación. Mis padres y docentes eran claros: ¡tan sólo memorízalas! Haz ahora el trabajo, y todo lo demás será más fácil y tendrá sentido en la medida en que vayas avanzado. Me costó, pero lo logré, y nunca lo he perdido. Dadme dos números cualquiera entre 1 y 12 y os daré al instante su producto. Memorizar esas tablas abrió para mí un mundo entero y me simplificó enormemente la vida.

¿Por qué debería ser diferente con la fe? Memorizando y conociendo los siete pecados capitales soy enormemente asistido en mi examen de conciencia, captando los impulsos más profundos del pecado en mi vida, comprendiendo y anticipando los movimientos del mundo, del demonio y de la carne, y ayudado a otros a comprender los impulsos negativos en sus vidas. Todo comienza simplemente por memorizar y captar conceptos básicos.

3. Tiempo: La mayoría de las personas gastan apenas una hora en la semana para intentar conocer su fe. Esto no es suficiente. El dominio de cualquier disciplina requiere algo más que una hora a la semana. No podemos esperar magia. Si sólo pedimos a los niños que estén una hora a la semana, sin tarea ni expectativas entre semana y semana, no podemos esperar que manejen el material. Otro problema relacionado con el tiempo es que la instrucción catequética en las parroquias no dura todo el año. La mayoría de las iglesias protestantes que conozco nunca pensarían en cancelar la escuela dominical durante el verano. Ellos le dan la misma prioridad a la escuela dominical que nosotros le damos a la Misa. La escuela dominical está presente cada domingo, casi sin falta. En la Iglesia Católica terminamos todo entre mayo y mediados de septiembre. Y cada vez que ocurre un fin de semana de tres días, también lo pasamos. En muchas parroquias los niños tienen instrucción religiosa solamente la mitad de las semanas del año, ya que se sustraen el verano, los feriados y los días de nieve. En mi parroquia estamos aumentando gradualmente la cobertura, con la meta de hacer que la escuela dominical funcione todo el año.

4. Rendición de cuentas: En algún momento necesitamos esperar que los jóvenes demuestren manejo del material. Deberían usarse cosas como exámenes, concursos de religión, presentaciones, etc. ¿Por qué habrían los niños de tomarse en serio la educación religiosa si nunca tendrán que dar cuenta de lo que han hecho o dejado de hacer? Cosas como los concursos de religión pueden ser divertidas y, a la vez, un desafío. Se pueden ofrecer premios. Estas cosas pueden ser una forma divertida pero seria de lograr evaluar el conocimiento del material. Esto y los exámenes también imponen ciertas fechas límite para el manejo del material. Las fechas límites son realmente una soga de salvataje ya que despiertan la urgencia y la disciplina. En fin, tanto los estudiantes como los profesores deben rendir cuentas. La rendición debe regresar al proceso catequético.

5. Los recursos: En la escuela, no pude aprenderlo todo. Pero una de las disciplinas que aprendí fue cómo encontrar respuestas. Recuerdo salir de la biblioteca de la escuela habiendo aprendido el sistema Dewey de clasificación y cómo usar un catálogo de fichas. Fuimos introducidos en las enciclopedias, las publicaciones, y luego en la universidad, en el “resumen abstracto”. Hoy las cosas son más fáciles con Internet, pero aún tenemos que enseñar a los jóvenes acerca de cómo encontrar respuestas. Sitios como
newadvent.org ; The EWTN Libraries; y el Bishops Website junto con muchos otros. En definitiva, unno de los mejores frutos de mi educación fue cómo ser una persona de recursos.

Fuente: Blog.Adw.Org

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

domingo, 26 de diciembre de 2010

La nueva bandera de Córdoba



A mediados del 2010, y con motivo de la conmemoración del Bicentenario de la República Argentina, el gobernador Juan Schiaretti lanza el proyecto para crear la bandera de la provincia.
La nueva bandera fue elegida mediante la realización del concurso “Buscando la bandera de Córdoba” que tuvo como objetivo diseñar una enseña que representara la identidad provincial.
Del certamen participaron 2000 estudiantes de escuelas de gestión pública y privada de toda la Provincia que presentaron 752 diseños. En sucesivas selecciones ese total se redujo a 400 primero y a 64 después para quedar finalmente cuatro, de los que surgieron el diseño ganador y las tres menciones que se otorgaron el día 16 de diciembre.
El diseño ganador pertenece al Instituto Argentino de Ceremonial y Relaciones Públicas INARCE, de Córdoba Capital.
En la Sala de Situación de Casa de Gobierno, donde se llevó a cabo el acto de presentación, el gobernador de la Provincia, Juan Schiaretti, manifestó: “Es una gran alegría que culminando el año del Bicentenario de la Patria, nuestra Córdoba –una de las dos provincias junto a Catamarca que no tenía bandera propia-, haya elegido a través de la participación de los alumnos, de los padres y de la comunidad, su propia bandera”.
“Tener una bandera propia significa ratificar nuestra identidad como cordobeses y nuestra pertenencia a la Nación Argentina”, agregó el gobernador.
La bandera que flameará en todos los edificios públicos provinciales tiene tres bandas verticales proporcionales: roja a la izquierda, blanca al medio y azul-celeste a la derecha que cumplen el doble propósito de rescatar los colores empleados por Artigas y ser compatibles con las de las otras dos provincias de la Región Centro: Entre Ríos y Santa Fe simbolizando, de esta manera, la vocación integradora del área.
Vistos de forma separada, el rojo representa la sangre vertida y el federalismo abrazado por Córdoba, el azul-celeste los aportes a la independencia nacional y los cursos de agua que recorren la provincia y el blanco se refiere a la identidad de un pueblo formado por numerosas corrientes migratorias. Contiene además la silueta del “sol jesuita” que con sus 32 rayos -16 rectos y 16 ondulados- dispuestos alternadamente, coinciden desde los gráfico con el “sol inca o sol de mayo” presente en la bandera nacional y busca reflejar la importancia política, social, cultural, educativa y religiosa de los jesuitas que dieron a lo largo de la historia a Córdoba un legado patrimonial que ha sido reconocido por la UNESCO a fines del año 2000 como Patrimonio de la Humanidad.
Estuvieron presentes también el ministro de Educación, Walter Grahovac, los miembros de la Comisión Ejecutiva y del Jurado que eligió la bandera finalista.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Navidad del Señor


SÁBADO 25 DE DICIEMBRE DE 2010
LA NATIVIDAD DEL SEÑOR


Os anunciamos, hermanos, una buena noticia,una gran alegría para todo el pueblo;escuchadla con corazón gozoso:
Habían pasado miles y miles de añosdesde que, al principio, Dios creó el cielo y la tierray, asignándoles un progreso continuo a través de los tiempos,quiso que las aguas produjeran un pulular de vivientesy pájaros que volaran sobre la tierra.
Miles y miles de años,desde el momento en queDios quiso que apareciera en la tierra el hombre,hecho a su imagen y semejanza,para que dominara las maravillas del mundoy, al contemplar la grandeza de la creación,alabara en todo momento al Creador.
Miles y miles de años,durante los cuales los pensamientos del hombre,inclinados siempre al mal,llenaron el mundo de pecado hasta tal puntoque Dios decidió purificarlo,con las aguas torrenciales del diluvio.
Hacía unos 2.000 años que Abraham, el padre de nuestra fe,obediente a la voz de Dios,se dirigió hacia una tierra desconocidapara dar origen al pueblo elegido.
Hacía unos 1.250 años que Moiséshizo pasar a pie enjuto por el Mar Rojoa los hijos de Abraham,para que aquel pueblo, liberado de la esclavitud del Faraón,fuera imagen de la familia de los bautizados.
Hacía unos 1.000 años que David, un sencillo pastorque guardaba los rebaños de su padre Jesé,fue ungido por el profeta Samuel,como el gran rey de Israel.
Hacía unos 700 años que Israel,que había reincidido continuamente en las infidelidades de sus padresy por no hacer caso de los mensajeros que Dios le enviaba,fue deportado por los caldeos a Babilonia;fue entonces, en medio de los sufrimientos del destierro,cuando aprendió a esperar un Salvadorque lo librara de su esclavitudy a desear aquel Mesíasque tos profetas le habían anunciadoy que había de instaurar un nuevo orden de paz y de justicia,de amor y de libertad.
Finalmente, durante la olimpiada 94,el año 752 de la fundación de Roma,el año 14 del reinado del emperador Augusto,cuando en el mundo entero reinaba una Paz universal,hace 1991 años,en Belén de Judá, pueblo humilde de Israel,ocupado entonces por los romanos,en un pesebre, porque no tenía sitio en la posada,de María virgen, esposa de José,de la casa y familia de David,nació Jesús,Dios eterno, Hijo del Eterno Padre,y hombre verdadero,llamado Mesías y Cristo,que es el Salvador que los hombres esperaban.
El es la Palabra que ilumina a todo hombre,por él fueron creadas al principio todas las cosas;él, que es el camino, la verdad y la vida,ha acampado, pues, entre nosotros.
Nosotros, los que creemos en él,nos hemos reunido hoy (en esta noche santa),o mejor dicho, Dios nos ha reunido,para celebrar con alegríala solemnidad de Navidad,y proclamar nuestra fe en Cristo, Salvador del mundo.
Hermanos, alegraos,haced fiesta y celebrad la mejor noticiade toda la historia de la humanidad.

PREPARACIÓN:
Antes de la salida del celebrante y de los ministros hacia el exterior del templo

Queridos hermanos, hemos venido peregrinando a lo largo de estas semanas de Adviento, en la espera del nacimiento del Salvador, y nuestra espera ha llegado a su fin: nuestro Salvador ha nacido y la fiesta de la Navidad nos llena de alegría, porque "con la encarnación del Verbo, el Creador ha sellado con los hombres un pacto de alianza eterna."
Pero es preciso que, todos y cada uno de nosotros, encontremos el sentido profundo de esta fiesta en nuestras vidas. Que la palabra de Dios que escucharemos y la Eucaristía que celebraremos, nos ayuden a acoger la venida del Señor en lo profundo de nuestro corazón


1ª. LECTURA: (Is 9, 1-6)

El Profeta eleva un canto de esperanza a su pueblo: con la llegada del Mesías llega la luz que ha de disipar definitivamente las tinieblas de sus vidas. Y ese canto se hace actual para cada uno de nosotros.

SALMO RESP.: (95, 1-3. 11-13) R. Hoy nos ha nacido un Salvador,
el Mesías, el Señor.

2ª. LECTURA: (Tt 2, 11-14)

El apóstol Pablo nos manifiesta que la gracia de la venida de Jesús, ha de hacer de nosotros hombres nuevos en la espera de su segunda venida gloriosa.

EVANGELIO: (Lc 2, 1-14)

Escuchemos ahora con atención, en el santo Evangelio, el relato del que nace nuestra verdadera vida: Dios se ha hecho uno de nosotros para que nosotros pudiéramos ser hijos de Dios. Aclamémoslo con nuestro gozoso Aleluya.

"POR CRISTO, LUZ DEL MUNDO, ESCÚCHANOS SEÑOR"

Padre nuestro, que enviaste a tu Hijo al mundo para encarnarse no sólo por nosotros, sino en nosotros, te pedimos por la Iglesia y el Santo Padre, oremos...

Padre nuestro, te pedimos por nuestro Obispo y por nuestros sacerdotes, haz que podamos construir una Iglesia diocesana en la que todos abramos el corazón para hospedar a Dios, oremos...

Padre lleno de amor, que enviaste a Jesús para hacernos verdaderos hijos tuyos, haz que todos, reconociéndonos como verdaderos hermanos entre nosotros, podamos construir una patria en la que reine la justicia, la tolerancia y la paz, oremos...

Padre rico en misericordia, que enviaste a tu Hijo a traer la verdadera alegría, haz que esta Navidad, la visita de la Virgen Madre, acompañe y enriquezca a los que están solos, a los que sufren, a los que están necesitados de pan y de amor, oremos...

v Padre nuestro, que enviaste a tu Hijo para que fuera la luz del mundo, haz que en nuestra comunidad se susciten abundantes vocaciones a la vida sacerdotal, oremos...

Por todos los colaboradores de nuestra parroquia, por su felicidad, prosperidad y paz, oremos…

Padre que nos das a Jesús, te pedimos para que entre todos podamos construir el salón de CARITAS parroquial, oremos…


PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Vamos a presentar ahora, sobre la mesa del altar, el pan y el vino que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre del Señor, y que deben ser un verdadero signo del ofrecimiento de nuestras propias vidas, para que en ellas, y a partir de este día, nazca realmente el Salvador.

COMUNIÓN:

Un Niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado: es el Príncipe de la Paz, que ahora se nos ofrece sacramentado para que también nosotros recibamos la luz que nos conduce hacia la Gloria de Dios.


Avisos Parroquiales

1. Mañana la Santa Misa de Navidad a las 10 hs., en La Playosa a las 20 hs.
2. Agradecemos a los que ya han alcanzado su colaboración para el Salón de CARITAS. ¡Mil gracias!
3. Caritas parroquial ha hecho llegar cajas de Navidad con artículos navideños a las familias más necesitadas de la parroquia, gracias al aporte generoso de algunas familias del pueblo.
4. El domingo 26 Santa Misa de precepto a las 10 hs.

DESPEDIDA:

Que hoy Jesús, en los brazos de María y bajo la mirada serena de José, nos haga renacer en nuestra fe. Nos haga conmover ante este Misterio y nos transforme en portadores de verdad, de bondad, de solidaridad y de perdón. ¡Feliz Navidad!

sábado, 18 de diciembre de 2010

IV domingo de Adviento: dos fidelidades a Dios


DOMINGO 19 DE DICIEMBRE DE 2010
DOMINGO IVº DE ADVIENTO

PREPARACIÓN:
Antes de la salida del celebrante

Celebramos hoy el domingo cuarto de Adviento, y nos reunimos ya casi a las puertas de la Navidad. Y nuestra celebración debe ser una espera tranquila, sincera, ilusionada del Señor. Abrámonos a su constante venida; y que esté muy presente en nuestra celebración de hoy, aquella joven que, porque creyó totalmente en la Palabra de Dios, fue Madre del Señor.

1ª. LECTURA: (Is 7, 10-14)


Las profecías de Isaías que hemos venido leyendo durante estos domingos, nos llevan hoy a fijar nuestra mirada en la Navidad, que estamos tan próximos a celebrar.

SALMO RESP.: (23, 1-6)


R. Va a entrar el Señor, el rey de la gloria.

2ª. LECTURA: (Rm 1, 1-7)


Escuchemos ahora las palabras de Pablo, que nos anuncia el Evangelio, la gran noticia en la que se fundamenta nuestra fe, y nos presenta quién es Jesucristo, en quien esperamos.

EVANGELIO: (Mt 1, 18-24) (Ver texto)

Escuchemos la realización de las palabras del Profeta en aquella joven de Nazaret que se llamaba María. Con nuestro canto del Aleluya aclamemos al Señor que viene, al Señor que se ha hecho uno de nosotros.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

"VEN SEÑOR, Y NO QUIERAS TARDAR MAS"

v Dios bondadoso, al pedirte por la Santa Iglesia y nuestro querido Benedicto XVI, para que todos los hombres del mundo, recibiendo su mensaje de amor y de paz en nuestro corazón, eliminemos todo lo que se opone a tu presencia, te pedimos...

v Señor de la vida, al pedirte por nuestro Obispo y nuestros sacerdotes, para que por ellos recibamos las enseñanzas de tu Hijo, y así vivamos en santidad y justicia todos los días de nuestra vida, te pedimos...

v Señor de la historia, porque anhelamos la paz en el mundo, y que cesen definitivamente los derramamientos de sangre y todos reconozcamos, en cada hombre, a un verdadero hijo tuyo y un hermano nuestro, te pedimos...

v Dios rico en misericordia, al pedirte por todos los que sufren, por los que se sienten tristes y vacíos porque nada esperan, para que en la manifestación de tu amor descubran motivos de vida y alegría, te pedimos....

v Dios todopoderoso, al pedirte por toda nuestra comunidad, para que celebrando profunda y espiritualmente la Navidad, podamos dar verdadero testimonio de tu presencia, te pedimos...

Dios, fuente de todos los bienes que recibimos, te pedimos para que nos hagas generosos en la colecta de Navidad para hacer posible el salón de CARITAS parroquial, te pedimos…

Señor, luz de la vida, te pedimos por nuestros colaboradores, por sus intenciones y paz espiritual, te pedimos…


PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Al presentar las ofrendas, presentamos a Dios un corazón limpio y abierto, para recibir en nuestras vidas a su Hijo que viene a traernos la liberación.

COMUNIÓN:

María pudo ser Madre del Hijo de Dios, por vivir en comunión profunda con el Señor; y Ella debe ser el modelo para que también nosotros vivamos esta comunión, cuyo fruto debe ser hoy, el estar decididamente al lado de quienes nos necesitan.

AVISOS PARROQUIALES

1. Pedimos a todos colaborar de manera generosa con la COLECTA POR EL SALONCITO DE CARITAS, ya se han hecho los arreglos con la firma FORLIN de SM Laspiur para su construcción en el mes de enero 2011. La obra cuesta $ 16.500 ¡Gracias a todos!
2. El 24 de diciembre la Santa Misa de Noche Buena a las 21 hs. La Misa de Navidad el 25 de diciembre a las 10 hs.

sábado, 11 de diciembre de 2010

III domingo de Adviento 2010: "¡Díganle a Juan, que el viejo testamento ha irremediablemente terminado!"


DOMINGO 12 DE DICIEMBRE DE 2010
DOMINGO IIIº DE ADVIENTO



PREPARACIÓN:
Antes de la salida del celebrante

Celebramos hoy el domingo tercero de Adviento, denominado "Gaudete", por la primera palabra de la antífona de entrada de este día: "alégrense", y que es precisamente la invitación anticipada a la alegría y que traduce perfectamente el espíritu tan especial que anima a todo este domingo: "el Señor está a punto de venir en el misterio de la santa Navidad y esto nos llena de gozo."

1ª. LECTURA: (Is 35, 1-6a. 10)

Escuchemos hoy la llamada que hace dos mil quinientos años, les hace el Profeta a los israelitas deportados para animarlos al retorno: una llamada al camino de esperanza; una llamada que es también hoy para cada uno de nosotros.

SALMO RESP.: (145, 6-10) R. Señor, ven a salvarnos.

2ª. LECTURA: (St 5, 7-10)

Escuchemos ahora, una invitación a la firmeza y a la constancia. Una invitación como la que hemos escuchado que el profeta Isaías hacía a su pueblo desanimado.

EVANGELIO: (Mt 11, 2-11)

En el santo Evangelio, Jesús nos manifiesta claramente que en Él se cumple la profecía de Isaías..

ORACIÓN DE LOS FIELES:


"VEN SEÑOR JESÚS"

v Padre santo, al pedirte por la Iglesia y el Santo Padre, para que siendo signo de tu amor en medio de los hombres, sea nuestra guía en la espera gozosa del Señor que viene a salvarnos, te pedimos...

v Padre todopoderoso, para que guiados por nuestro Obispo y nuestros sacerdotes, en nuestra comunidad se realice una efectiva renovación, según el Espíritu de tu Hijo, te pedimos...

v Señor de la historia, para que todos, en este adviento, buscando una sincera conversión de nuestras vidas, construyamos una patria, una sociedad en la que Dios pueda nacer y sentirse a gusto, te pedimos...

v Dios de todo consuelo, para que cada hermano necesitado, pobre, abandonado, con hambre, enfermo, para que podamos con solicitud salir a su encuentro con nuestra generosidad, te pedimos...

v Dios rico en misericordia, para que toda nuestra comunidad, con una firme confianza en la salvación que llega, trabajemos comprometidamente en la conversión y preparación de nuestras vidas, te pedimos...

Dios fuente de toda luz, que por la intercesión de Santa Lucía nos veamos siempre libre de todo mal en nuestra visión, sobre todo, para poder encontrarte en cada hermano, te pedimos…

Por todos los colaboradores de la parroquia, por sus intenciones particulares en este tiempo de adviento, te pedimos…

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Junto al pan y el vino presentemos a nuestro Padre un propósito sincero: convertir nuestras vidas para que esta Navidad signifique un real nacimiento de su Hijo en nuestro corazón.

COMUNIÓN:

Hemos escuchado cómo Jesús realiza la transformación total del hombre: sana los enfermos, resucita a los muertos y fortalece a los débiles. Sintiendo que éstas son nuestras condiciones, recibámoslo sacramentado, para que él sea la fortaleza que nuestra fe y esperanza necesitan.


AVISOS PARROQUIALES

1. El próximo lunes 13 de diciembre reunión de misioneras en el templo parroquial para llevar los boletines de la novena de Navidad por sectores a las 18,30 hs.
2. El martes 14 de diciembre celebramos la Santa Misa en el Hogar “Sagrada Familia” a las 18 hs.
3. El primer día de la novena de Navidad será en la ermita de “San Cayetano” a las 21 hs. El que quiera puede llevar su reposera o banco para sentarse. La segunda noche, será en la ermita de San Expedito.
4. El lunes 13, día de Santa Lucía tenemos Misa y procesión en la ermita de su imagen a las 21 hs.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Solemnidad de la Inmaculada Virgen María (8de diciembre 2010)


La Inmaculada Concepción en los primeros siglos

En los primeros siglos del cristianismo, los Santos Padres no se propusieron el problema de la Concepción Inmaculada de María. Recuérdese lo que hemos dicho en el capítulo primero de nuestro Tratado, al propósito. Pero la doctrina sobre el privilegio de María está contenida, como el árbol en la semilla, en las enseñanzas de los mismos Padres al contraponer la figura de María a la de Eva en relación con la caída y la reparación del género humano; al exaltar, con palabras sumamente encomiásticas, la pureza admirable de la Virgen; y al tratar sobre la realidad de su maternidad divina. Tres principios de la ciencia sobre María que dejaron firmísimamente sentados los primeros Doctores de la Iglesia.
1.º El principio de recapitulación
1.- Con estas palabras: principio de recapitulación, recirculación o reversión, es conocida la doctrina patrística sobre el plan divino de la salvación del género humano.
2.- A los antiguos Padres llamó poderosísimamente la atención, no menos que a nosotros, el bello vaticinio sobre la Redención humana contenido en el Protoevangelio. Y habiendo escrito San Pablo que Cristo es el nuevo Adán, completaron sin esfuerzo el paralelismo, contraponiendo María a Eva. Apenas podrá hallarse un Santo Padre que no eche mano de este recurso al hablar de la Redención. Y es tan constante la doctrina, tan universal el principio, que no es posible no admitir que arranque de la misma tradición apostólica.
3.- Citemos, por todos, a San Ireneo: «Así como aquella Eva, teniendo a Adán por varón, pero permaneciendo aún virgen, desobediente, fue la causa de la muerte, así también María, teniendo ya un varón predestinado, y, sin embargo, virgen obediente, fue causa de salvación para sí y para todo el género humano... De este modo, el nudo de la desobediencia de Eva quedó suelto por la obediencia de María. Lo que ató por su incredulidad la virgen Eva, lo desató la fe de María Virgen». Es decir, que como un nudo no se desata sino pasando los cabos por el mismo lugar, pero a la inversa, así la redención se obró de modo idéntico, pero a la inversa de la caída.
4.- Este paralelismo, que contiene dos aspectos, semejanza y contraposición, está repetido, según acabamos de decir, como un principio básico al tratar de María. Y como es fácil comprender, no alcanza toda su fuerza sino poniendo los extremos de la contraposición en igualdad de circunstancias: Eva, virgen e inocente, es causa de la ruina del género humano; María, Virgen e inocente también, causa de su salvación; Eva, adornada desde el momento de su existencia de la gracia, reclama, en la comparación, a María, también con la gracia desde el primer momento de su ser.
La legitimidad del principio de recapitulación ha sido declarada por el Papa Pío IX en su Bula dogmática sobre la Inmaculada.
2.º Exaltación de la pureza de María
1.- Un coro unánime de voces proclama a María purísima, sin mancha, la más sublime de las criaturas, etc. En esta universal aclamación de la pureza de María ha de haber, necesariamente, un principio general que la impulse. Los Santos Padres de la antigüedad no estaban mucho más informados que nosotros sobre la vida de la Virgen. ¿Qué les mueve, pues, a afirmar con tanto énfasis, con tanta seguridad, que María no admite comparación en su grandeza y elevación moral con criatura alguna? Su divina Maternidad. Evidentemente, sus alabanzas arrancan del principio que más tarde formuló San Anselmo: «La Madre de Dios debía brillar con pureza tal, cual no es posible imaginar mayor fuera de la de Dios». Ahora bien, para admitir su Concepción Inmaculada, caso de proponerse la pregunta, no necesitaban cambiar de rumbo. Bastaba sacar las consecuencias del principio sentado y admitido.
2.- Leamos algo de estas loas dedicadas a la Virgen.
San Hipólito, mártir, dice: «Ciertamente que el arca de maderas incorruptibles era el mismo Salvador. Y por esta arca, exenta de podredumbre y corrupción, se significa su tabernáculo, que no engendró corrupción de pecado. Pues el Señor estaba exento de pecado y estaba, en cuanto hombre, revestido de maderas incorruptibles, es decir, de la Virgen y del Espíritu Santo, por dentro y por fuera, como de oro purísimo del Verbo de Dios». Y en otra parte llama a María, «toda santa, siempre Virgen, santa, inmaculada Virgen».
En las actas del martirio de San Andrés, apóstol, se leen estas palabras que el Santo dirigió al Procónsul: «Y puesto que de tierra fue formado el primer hombre, quien por la prevaricación del árbol viejo trajo al mundo la muerte, fue necesario que, de una virgen Inmaculada, naciera hombre perfecto el Hijo de Dios, para que restituyera la vida eterna que por Adán perdieron los hombres». Aunque estas actas, como algunos opinan, no sean genuinas, es decir, contemporáneas de San Andrés, tienen una venerable antigüedad y nos atestiguan lo que entonces se pensaba de la Santísima Virgen.
San Efrén de Siria, apellidado Arpa del Espíritu Santo, canta de este modo a la Virgen: «Ciertamente tú (Cristo) y tu Madre sois los únicos que habéis sido completamente hermosos; pues en ti, Señor, no hay defecto, ni en tu Madre mancha alguna». Y en otras partes llama a María, Inmaculada, incorrupta, santa, alejada de toda corrupción y mancha, mucho más resplandeciente que el sol, etc.
San Ambrosio pone en labios del pecador: «Ven, pues, Señor Jesús, y busca a tu cansada oveja, búscala, no por los siervos ni por los mercenarios, sino por ti mismo. Recíbeme, no en aquella carne que cayó en Adán. No de Sara, sino de María, virgen incorrupta, íntegra y limpia de toda mancha de pecado».
Y San Jerónimo: «Proponte por modelo a la gloriosa Virgen, cuya pureza fue tal, que mereció ser Madre del Señor».
La lista podría alargarse muchísimo más. La conclusión es la siguiente: los Santos Padres no se proponen la pregunta sobre la Inmaculada Concepción, pero son tales las alabanzas que dirigen a la pureza de María, que, caso de plantearse la cuestión, hubieran llegado a la verdad por el mismo camino que seguían. Y desde luego, lo que les impulsa a la alabanza tan unánime y fervorosa de la pureza de María es la existencia de una tradición que puede calificarse de apostólica, derivada de las enseñanzas de los Apóstoles.
II.- La Inmaculada Concepción hasta la Edad Media
A partir del siglo IV, la Iglesia occidental no corre parejas con la oriental en profesar la Concepción Inmaculada de María. La herejía nestoriana que atacó directamente, única en la historia, la prerrogativa máxima de la Virgen, su divina maternidad, y que iba extendiéndose en el siglo V, ofreció más frecuente ocasión y aun necesidad de exaltar la soberana figura de la Bienaventurada Madre de Dios; al paso que en Occidente, en esta misma época, el hereje Pelagio desfiguraba el concepto de pecado original y sus funestas consecuencias en los hombres, por lo que los Padres se ven constreñidos a tratar antes de la universalidad del pecado que de la gloriosa excepción que representa la Virgen.
Leamos algunos testimonios de una y otra Iglesia.
1.º La Iglesia oriental
1.- En la Iglesia oriental encontramos el esforzado defensor de la maternidad divina de María, San Cirilo, que escribe: «¿Cuándo se ha oído jamás que un arquitecto se edifique una casa y la deje ocupar por su enemigo?». No se puede expresar más claramente la idea de la Concepción Inmaculada.
Y Teodoto de Ancira: «Virgen inocente, sin mancha, santa de alma y cuerpo, nacida como lirio entre espinas». Y en otra parte: «María aventaja en pureza a los serafines y querubines».
Proclo, secretario de San Juan Crisóstomo, en el mismo siglo V, dice de María que está formada «de barro limpio», es decir, de naturaleza humana, pero incontaminada.
2.- En el siglo VI, leemos en un himno compuesto por San Jaime Nisibeno: «Si el Hijo de Dios hubiera encontrado en María una mancha, un defecto cualquiera, sin duda se escogiera una madre exenta de toda inmundicia». Y a la santidad de María la califica de «Justicia jamás rota».
San Teófanes alaba así a María: «Oh, incontaminada de toda mancha». Y en otra parte: «El purísimo Hijo de Dios, como te hallase a Ti sola purísima de toda mancha, o totalmente inmune de pecado, engendrado de tus entrañas, limpia de pecados a los creyentes».
San Andrés de Creta: «No temas, encontraste gracia ante Dios, la gracia que perdió Eva... Encontraste la gracia que ningún otro encontró como Tú jamás».
Y en la carta a Sergio, aprobada por el Concilio Ecuménico VI, Sofronio dice de María: «Santa, inmaculada de alma y cuerpo, libre totalmente de todo contagio».
En adelante, la palabra Inmaculada, Purísima, ya no se refiere directamente a la sola virginidad de María. A medida que van adelantando los siglos se va perfilando con mayor precisión la idea de la Concepción Inmaculada.
Y así en el siglo VIII podemos leer estas palabras tan claras de San Juan Damasceno: «En este paraíso (María) no tuvo entrada la serpiente, por cuyas ansias de falsa divinidad hemos sido asemejados a las bestias».
En los siglos IX y X se contornea aún con mayor claridad la Concepción sin mancha de María. San José el Himnógrafo: «Inmune de toda mancha y caída, la única Inmaculada, sin mancha, sola sin mancha», dice de la Virgen.
Y San Juan el Geómetra en un hermoso verso: «Alégrate, Tú, que diste a Cristo el cuerno mortal; alégrate, Tú, que fuiste libre de la caída del primer hombre».
No es necesario proseguir porque en adelante la palabra Inmaculada, entre los orientales, ya tiene un significado preciso y concreto: la exención de María del pecado original. Además, desde el siglo VII la Iglesia oriental celebraba la fiesta de la Inmaculada Concepción, aunque no fuera universalmente. Sobre el significado de la fiesta oigamos a San Juan de Eubea: «Si se celebra la dedicación de un nuevo templo, ¿cómo no se celebrará con mayor razón esta fiesta tratándose de la edificación del templo de Dios, no con fundamentos de piedra, ni por mano de hombre? Se celebra la concepción en el seno de Ana, pero el mismo Hijo de Dios la edificó con el beneplácito de Dios Padre, y con la cooperación del santísimo y vivificante Espíritu». Como se observará, en estas palabras se menciona la creación de María y, asimismo, su santificación, como insinúa la alusión al Espíritu Santo a quien se apropia.
2.º En la Iglesia occidental
1.- En la Iglesia occidental, el proceso hasta llegar a la confesión clara y paladina de la Concepción Inmaculada de María resultó más lento debido a circunstancias especiales que lo entorpecieron. Pero el concepto que los Santos Padres manifiestan tener de la grandeza espiritual y moral de la excelsa Madre de Dios no desmerece ni cede en nada al de los orientales. La admisión de una mancha en María hubiera producido en Occidente, al igual que en el Oriente, un escándalo entre los fieles, y hubiera chocado con la idea que se profesaba sobre la santidad eximia de la Bienaventurada Virgen. Y en efecto, de ello echó mano el hereje Pelagio para atacar a su contrincante San Agustín, en la discusión sobre el pecado original que aquél negaba. Juliano, discípulo del hereje, escribía dirigiéndose al Obispo de Hipona: «Tú entregas a María al diablo por razón del nacimiento», es decir, si afirmas que el pecado original se trasmite por generación natural, María fue súbdita del diablo, porque de esta manera descendió y de este modo fue concebida por sus padres.
A esto contestó el Santo Doctor: «La condición del nacimiento se destruye por la gracia del renacimiento». Se discute si, con estas palabras, el santo Obispo admitió la Inmaculada Concepción. Pero es lo cierto que nuestro Doctor enseña que los pecados actuales tienen su origen en el pecado original. «Nadie, dice, está sin pecado actual, porque nadie fue libre del original». Ahora bien, opina que María no tuvo pecado actual alguno. «Excepto la Virgen María, de la cual no quiero, por el honor debido al Señor, suscitar cuestión alguna cuando se trata de pecado... Si pudiéramos congregar todos los santos y santas... cuando aquí vivían, ¿no es verdad que unánimemente hubieran exclamado: Si dijésemos que no tenemos pecado, nos engañamos y no hay verdad en nosotros?». Así, según el principio que sienta el mismo Santo Doctor, hemos de concluir que María careció del pecado original.
En esta misma época, hacia el 400, encontramos el máximo poeta cristiano Prudencio que, interpretando la fe de la Iglesia en la pureza sin mancha de María, canta en escogidos versos: «La víbora infernal yace, aplastada la cabeza, bajo los pies de la mujer. Por aquella virgen, que fue digna de engendrar a Dios, es disuelto el veneno, y retorciéndose bajo sus plantas, vomita impotente su tóxico sobre la verde yerba».
2.- En el siglo V, San Máximo escribe estas palabras: «María, digna morada de Cristo, no por la belleza del cuerpo, sino por la gracia original».
Al revés de lo que sucede en Oriente, en Occidente, a medida que van avanzando los siglos, se habla con mayor cautela sobre este asunto. No que se nuble por completo la creencia en la Concepción Inmaculada de María, pues sabemos que pronto comenzó a celebrarse su fiesta, sino que los autores eclesiásticos, por la autoridad de San Agustín, cuya opinión sobre este misterio es dudosa, y ante la necesidad de defender el dogma cierto de la universalidad del pecado original y sus consecuencias, se ven constreñidos antes a tratar de este punto que a establecer e ilustrar la excepción que constituye María a la ley universal del pecado.
Buena prueba de que la fe en este glorioso privilegio de María no quedó ofuscada nos la suministra la Liturgia. Dícese que en el siglo VII, y por obra de San Ildefonso, Arzobispo de Toledo, ya se celebraba la fiesta de la Concepción Inmaculada en España. Algunos, empero, dudan de la autenticidad del documento en que se apoyan los que lo defienden.
Pero con toda seguridad se celebraba ya en el siglo IX, como aparece por el calendario de mármol de Nápoles, que reza: «Día 9 de diciembre, la Concepción de la Santa Virgen María». La fecha de la celebración (la misma en que la celebran los orientales) indica que la fiesta transmigró de Oriente, con el que mantenía intensa relación comercial Nápoles. No es ésta la única constancia que queda de la celebración litúrgica. Por los calendarios de los siglos IX, X y XI sabemos que se celebraba también en Irlanda e Inglaterra.
3.- Pero, a pesar de la celebración litúrgica, el significado de la solemnidad no estaba teológicamente fijado. Y no deja de llamar la atención que fuese el Santo quizá más devoto de María quien frenase los impulsos del pueblo cristiano, suscitando la discusión teológica más enconada de la historia de los dogmas. Me refiero a San Bernardo.
Habiendo llegado a sus oídos que los monjes de Lyón, en 1140, introdujeron la fiesta, el Santo Abad les escribió una carta vehementísima, reprobando lo que él llama una innovación «ignorada de la Iglesia, no aprobada por la razón y desconocida de la tradición antigua». La carta es uno de los mejores documentos para probar la gran devoción del Santo a María. Cada vez que la nombra, la pluma le rezuma unción, y con la inimitable galanura de estilo que le caracteriza, convence al lector de que en todo el raciocinio no hay ni brizna de pasión. Impugna el privilegio porque así cree deber hacerlo.
A pesar del enorme prestigio del santo Doctor, su carta no quedó sin réplica. El primero que replicó a la misma, Pedro Comestor, ya hace notar la confusión de San Bernardo en el asunto, y distingue entre la concepción del que concibe, es decir, el acto de los padres, y la concepción del ser concebido, vale decir, la concepción activa y pasiva, que ya hemos definido antes. Ni faltó tampoco, como en toda polémica, la frase dura y encendida de parte del contradictor: «Dos veces -escribió Nicolás, monje de San Albano- fue traspasada el alma de María: en la Pasión de su Hijo y en la contradicción de su Concepción».
Aunque la carta del Doctor Melifluo no pudo impedir la extensión de la fiesta, que cada día cobró más auge, proyectó una influencia insospechada en las discusiones teológicas de los siglos posteriores.

III.- Controversia de los Escolásticos hasta el Beato Escoto
1.- Los siglos XIII y XIV son los del máximo esplendor de la ciencia divina llamada Teología. Los que la cultivaron se llaman Escolásticos, y hubo varios centros de importancia, entre los más ilustres, la Sorbona de París y la Universidad de Oxford, en Inglaterra. Al comentar los Escolásticos el «Libro de las Sentencias» de Pedro Lombardo, que les servía como de manual y guía para dar sus lecciones, se toparon con la cuestión de la Concepción de María. Los Doctores de París se inclinaron por la opinión maculista, y los de Oxford por la inmaculista, es decir, excluyeron a María de la común caída del pecado de origen. La victoria quedó por éstos últimos, y concretamente por el Beato Escoto, su más alto exponente y representante.
2.- En París, los Maestros se plantean la cuestión en estos términos: ¿Cuándo fue santificada la Virgen María? Santificada aquí equivale, como se verá por el contexto de toda la cuestión, a purificada. Por lo que en el mismo planteamiento del problema ya se da algo como presupuesto y seguro: que hubo en María algo que necesitaba purificación. Causa de proponerse el problema en esos términos es el error contenido en el «Libro de las Sentencias» que comentaban. El error consistía en afirmar que el pecado original se identifica con la concupiscencia de la carne, que corrompe y mancha al alma. Y ponían un ejemplo: Como la inmundicia del recipiente hace que el vino de suyo dulce se convierta en vinagre, así la concupiscencia de la carne, que se transmite por generación natural, mancha la pureza del alma. En su concepto, el pecado original tenía dos elementos: uno material, que es la concupiscencia de la carne, y otro formal, lo propiamente llamado pecado, que es la carencia de la gracia.
Partiendo, pues, del principio que la carne, inficionada por la generación natural, inficiona a su vez el alma, los Doctores de París se preguntan: ¿Cuándo fue santificada, es decir, purificada María de esta infección inherente a la carne?
3.- El primero en plantearse la cuestión en estos términos es Fray Alejandro de Halés. Sienta el principio de que a «María se le otorgó cuando podía dársele», pero no saca todas las consecuencias que de él se derivan. Y siguiendo la opinión que acabamos de exponer sobre el pecado original, se pregunta si María fue santificada en sus padres, respondiéndose que no, pues aunque ellos fueran santísimos, su santidad no pudo trasfundirse a la carne que concibieron. Continúa investigando si la carne de María fue purificada antes que su alma entrase y fuese infundida en la misma, y resuelve que tampoco, porque la carne no puede ser sujeto de santidad alguna ni de ninguna gracia. Prosigue interrogando si fue santificada en el mismo momento de infundirse el alma en el cuerpo, y se inclina también por la negativa. La conclusión es que fue santificada después de la concepción, aunque antes de nacer, porque si esto se concedió a Jeremías y al Bautista, «no puede negarse a tan excelsa Virgen lo que a otros se concedió».
4.- Sigue por el mismo camino, y con una conclusión más enérgica, el Doctor San Alberto Magno. Este cree ser de fe que María fue concebida en pecado original, pues las Escrituras, en el célebre texto de San Pablo, enseñan «que en Adán todos pecaron», y si todos, también Ella.
5.- Los dos colosos de la ciencia teológica, que continuaron la labor de enseñanza de los dos ya mencionados, prosiguen, aunque más expeditos, por el mismo sendero. Son Santo Tomás y San Buenaventura.
El Doctor Angélico, Santo Tomás, afirma y repite con insistencia en varias partes de sus obras, escritas en diversas épocas, que María contrajo el pecado de origen. Citemos sólo lo que escribe en su obra máxima, «La Suma». «A la primera pregunta de si María fue santificada antes de recibir el alma», responde que no, porque la culpa no puede borrarse más que por la gracia, cuyo sujeto es sólo el alma. «A la segunda, es decir, si lo fue en el momento de recibir el alma», responde que ha de decirse que «si el alma de María no hubiese sido jamás manchada con el pecado original, esto derogaría a la dignidad de Cristo que está en ser el Salvador universal de todos. Y así, bajo la dependencia de Cristo, que no necesitó salvación alguna, fue máxima la pureza de la Virgen. Porque Cristo de ningún modo contrajo el pecado original, sino que fue santo en su concepción misma, según aquello de San Lucas: "El que ha de nacer de Ti, santo, será llamado Hijo de Dios". Pero la Santísima Virgen contrajo ciertamente el pecado original, si bien quedó limpia de él antes del nacimiento». Y en otra parte se pregunta cuándo fue santificada, y responde: «Poco después de su concepción».
A estas palabras tan claras se les ha querido dar últimamente un significado distinto, haciendo mil equilibrios para que signifiquen que Santo Tomas no negó el privilegio de María, como si negarlo entonces supusiese defecto alguno. El Santo y ponderadísimo Doctor reiría de buena gana las acrobacias intelectuales de algunos de sus comentaristas.
San Buenaventura insinúa tímidamente la solución verdadera de la cuestión, pero se declara explícitamente partidario de la opinión maculista. Después de exponer la opinión común, escribe: «Algunos dicen que en el alma de la Santísima Virgen la gracia de la santificación se adelantó a la mancha del pecado original... Esto significa, según ellos, lo que San Anselmo dice de la Santísima Virgen: que María fue pura, con pureza tan alta, que mayor, fuera de la de Dios, no se puede imaginar. Esto no repugna a la fe cristiana, porque la misma Virgen fue liberada del pecado original por la gracia que dependía y tenía su origen en Cristo, como las demás gracias de los Santos. Estos fueron levantados después de caídos, la Virgen fue sostenida en el acto de caer para que no cayera, según la referida opinión». Ninguno había expuesto aún en París tan claramente, ni insinuado con tanta precisión, los argumentos a favor de la Inmaculada. Pero San Buenaventura se inclinó por la contraria. Tiranía de la razón que se impuso sobre los anhelos del amor.
4.- No estaba reservada a los Doctores de París la empresa de defender el privilegio de María. Cuando la doctrina contraria a la Inmaculada Concepción era corriente entre los teólogos, corroborada por la autoridad de los grandes maestros, «bajó a la palestra el Doctor providencial que Dios mandó a la Iglesia para este caso», decía el antiguo Oficio de la Inmaculada: el Beato Juan Duns Escoto.

IV.- La intervención del Doctor Mariano
1.- El Beato Juan Duns Escoto nació en Maxton (Escocia), de la noble familia Duns. Se formó en la Universidad de Oxford, y en la misma y en París enseñó teología. Al llegar a París, la cuestión sobre la Concepción de María estaba definitivamente ventilada y resuelta en sentido negativo. Su doctrina sobre la exención de María de todo pecado chocó con el ambiente reinante en la Universidad, y, según el estilo de la época, tuvo que defender su opinión en una disputa pública con los doctores de la misma. El rotundo triunfo que alcanzó, midiendo su ingenio y saber con los Maestros más renombrados, hizo aquella discusión científica celebérrima en los anales de la Universidad y aun de la Iglesia. La leyenda y la tradición, como acostumbran con los hechos trascendentales, la han adornado con mil detalles hermosos. Las crónicas eclesiásticas aseguran que, al pasar el Doctor por los claustros de la Universidad para la discusión, se postró ante una imagen de María, implorando su auxilio, y que la marmórea imagen inclinó su cabeza. En el aula magna de la Universidad, aguardaban al Doctor todos los Maestros. Presidían la Asamblea los Legados del Papa, presentes a la sazón en París para negociar ciertos asuntos con el Rey. Sea de ello lo que fuere, la tradición nos dice que se opusieron al Doctor Mariano doscientos argumentos, que él refutó y pulverizó después de recitarlos uno tras otro de memoria. El número de argumentos, aun sin llegar a los doscientos, fue grande, porque de los fragmentos de la disputa que han llegado hasta nosotros se pueden recoger cincuenta. La nobilísima Asamblea se levantó aclamándole unánimemente vencedor. Una defensa similar del privilegio mariano tuvo lugar en Colonia, donde el triunfo alcanzado por el Defensor de María fue tal, que hasta los niños le aclamaban por las calles: ¡Vencedor Escoto!
Todos estos detalles de la leyenda demuestran la impresión que causó la defensa escotista en la imaginación de los contemporáneos que veían irremisiblemente perdida la causa en el terreno intelectual. Pero si los detalles son legendarios, queda en pie la historicidad del hecho conocido con el nombre de Disputa de la Sorbona, como ha probado con sus estudios el mariólogo P. Carlos Balic, conocido en todos los centros teológicos.
2.- Pasemos a exponer la doctrina del Doctor Mariano. Notemos ante todo que el Beato Juan Duns Escoto se plantea la cuestión de modo completamente diferente al de los que le precedieron: «¿Fue concebida María en pecado original?». Este modo de preguntar no presupone ni prejuzga nada, y tiene un sentido claro y terminante: ¿Tuvo o no tuvo el pecado original? Ello arranca de la idea que nuestro Doctor tiene del pecado de origen, hoy común a todos los teólogos. Para el Beato Escoto, el pecado original no consiste más que en la negación de la gracia que se debiera poseer. Y por eso no ha de preguntarse nada sobre la carne, como hacían los anteriores.
A la pregunta, pues, de si María fue concebida en pecado, responde: No. ¿Motivos? La perfectísima Redención de su Hijo y la honra y honor del mismo. Es decir, que la dificultad de los contrarios la esgrime él como argumento casi único. Resumámoslo: «Se afirma que en Adán todos pecaron y que en Cristo y por Cristo todos fueron redimidos. Y que si todos, también Ella. Y respondo que sí, Ella también, pero Ella de modo diferente. Como hija y descendiente de Adán, María debía contraer el pecado de origen, pero redimida perfectísimamente por Cristo, no incurrió en él. ¿Quién actúa más eximiamente, el médico que cura la herida del hijo que ha caído, o el que, sabiendo que su hijo ha de pasar por determinado lugar, se adelanta y quita la piedra que provocaría el traspié? Sin duda que el segundo. Cristo no fuera perfectísimo redentor, si por lo menos en un caso no redimiera de la manera más perfecta posible. Ahora bien, es posible prevenir la caída de alguno en el pecado original. Y si debía hacerlo en un caso, lo hizo en su Madre».
El Beato Escoto va aplicando el argumento ora desde el punto de vista de Cristo Redentor perfectísimo, ora desde el punto de vista del pecado, ora desde el ángulo de María, llegando siempre a la misma conclusión. Su argumento quedó sintetizado para la posteridad con aquellas cuatro celebérrimas palabras: Potuit, decuit, ergo fecit, pudo, convino, luego lo hizo. Podía hacer a su Madre Inmaculada, convenía lo hiciera por su misma honra, luego lo hizo.
De todo lo cual se deduce, escribe el Doctor Alastruey, en su conocida «Mariología»:
1.º Que el Doctor Mariano distingue perfectísimamente entre la ley universal del pecado de origen, en la que entra María, y la caída real. Es decir, entre el débito, como dicen los teólogos, y la contracción del pecado. María debía contraerlo por ser descendiente de Adán, pero no lo contrajo porque fue preservada. Por eso, su preservación se llama privilegio.
2.º Que el Doctor Mariano concilia a perfección la preservación de María y su dependencia de la Redención de Cristo. Esto lo consigue distinguiendo entre la Redención curativa y la preservativa. Esta última es, en opinión suya y ante el testimonio de la razón, redención más perfecta. Por lo que María, en su privilegio, lejos de menoscabar el honor de Cristo escapando a su influjo, como temían los antiguos, depende de Él en forma más brillante y más efectiva.
3.º Finalmente, Escoto consiguió pulverizar los principales argumentos de la opinión contraria y poner en claro que nada podía deducirse de los dogmas de la fe que fuera contrario a la Concepción Inmaculada de María.
Las páginas del Doctor Mariano vinieron a ser el arsenal en que recogían armas y argumentos los defensores del privilegio de María; y al cabo de tantos siglos de disquisiciones científicas, se llegó a la definición dogmática sin que se pudiese añadir a sus páginas ni una idea, ni un argumento, ni una distinción más.
Y para que no faltase al aguerrido defensor de la Virgen el testimonio de la opinión contraria, se lo propinó el Padre Gerardo Renier, que de enemigo doctrinal pasó, como muchos a lo largo de la historia del Dogma, a adversario personal del Beato Escoto, escribiendo a propósito de sus enseñanzas en París: «El primer sembrador de esta herética maldad (la Inmaculada Concepción) fue Juan Duns Escoto, de la Orden Franciscana». Calificación teológica que, como es evidente, fue profética. No se había visto jamás que un puñado de barro lanzado contra el adversario se convirtiera en el trayecto en un manojo de rosas y lirios.

V.- Hasta la definición dogmática
1.- Siguieron al Beato Escoto, como es fácil suponer, todos los franciscanos, que le adoptaron por Maestro, y entre sus discípulos se pueden citar nombres tan ilustres como Francisco Mayrón, Andrés de Neuchateu, Juan Basols, etc. Toda la Orden Franciscana en general, escribe Campana en María en el Dogma católico, aceptó la doctrina de su Maestro de modo que, al poco tiempo, a la Concepción Inmaculada se la llamó la opinión franciscana, nombre con que fue designada hasta la definición dogmática.
2.- Perdido ya el prestigio en la Universidad de París, la opinión contraria apeló al Papa Juan XXII en su corte de Aviñón. Y a pesar de que el Pontífice estaba en grave disensión con la Orden Franciscana a causa de las controversias sobre la pobreza, tras una disputa entre un franciscano y un dominico, el Papa se inclinó por la opinión inmaculista, y como conclusión mandó celebrar la fiesta en la capilla papal. La determinación de Juan XXII significó un paso decisivo para el triunfo de la Inmaculada. Y nos hallamos en 1325, es decir, a unos veinte años solamente de la Defensa de Escoto.
2.- Un incidente que revela los sentimientos y proceder de toda una generación fue el sucedido en 1335. Juan de Monzón recibió la investidura de Doctor. En su primera lección magistral sostuvo cuatro proposiciones contra la Inmaculada Concepción. La Universidad las reprobó y confió al franciscano Juan Vital que las refutara, como hizo en su «Defensórium pro I. M. Conceptione». Confirmada la sentencia o calificación de la Universidad por el Obispo de París, el dominico apeló al Papa, ante el cual triunfó nuevamente la opinión inmaculista. Pero la lucha, escribe el P. Sola, S.J., en su libro «La Inmaculada Concepción», había llegado a su punto culminante. Como Escoto había arrastrado tras sí a toda su escuela, Monzón arrastró, asimismo, a toda la tomista. Y si los discípulos de Escoto formularon el voto de defender el privilegio hasta la sangre, los contrarios formularon, asimismo, el de defender la doctrina de Santo Tomás sobre este tema.
3.- No es necesario seguir ya más el curso de las discusiones científicas, porque en adelante la opinión maculista va perdiendo sensiblemente terreno, y su actuación, interés. Ya es conocido que en el Concilio de Basilea se tuvo un largo debate entre maculistas e inmaculistas con el triunfo de éstos, pero la decisión del Concilio quedó sin valor porque, al tomarla, el Concilio ya no era canónico.
Ante Sixto IV, y nos hallamos en el siglo XV, se sostuvo otra disputa entre el dominico Bandelli y el franciscano Francisco de Brescia; la victoria de éste fue tan rotunda, que la Asamblea se levantó aclamándole Sansón, nombre con que es conocido en la Historia.
Y de triunfo en triunfo, llegamos al Concilio de Trento que, al hablar de la universalidad del pecado original, aunque no define el dogma de la excepción de María, significó su opinión con estas palabras: «Declara, sin embargo, este santo Concilio que, al hablar del pecado original, no intenta comprender a la bienaventurada e inmaculada Virgen María, sino que hay que observar sobre esto lo establecido por Sixto IV».
4.- Las palabras del Concilio fueron decisivas para la extensión de la doctrina inmaculista y no tardó mucho en ser opinión universal.
Apenas se hallará una Orden religiosa que no pueda presentar nombres ilustres de grandes teólogos que favorecieron la prerrogativa de la Virgen, contribuyendo a su triunfo. La Compañía de Jesús puede presentar a Diego Laínez, Alfonso Salmerón, Toledo, Suárez, San Pedro Canisio, San Roberto Belarmino y otros muchos más. La gloriosa Orden Dominicana, el celebérrimo Ambrosio Catarino, Tomás Campanella, Juan de Santo Tomás, San Vicente Ferrer, San Luis Beltrán y San Pío V, papa, etc. La Orden Carmelitana, ya en 1306, determinó celebrar la fiesta en el Capítulo General reunido en Francia, y los agustinos defendieron también la prerrogativa de la Virgen ya en 1350.
5.- La contribución de nuestra Patria [España] al triunfo del Dogma de la Inmaculada Concepción merece capítulo aparte, y por cierto bien nutrido y glorioso, pero ello nos apartaría del carácter puramente doctrinal que tienen estas breves notas históricas. Recordemos solamente, como tan significativas, las legaciones de nuestros reyes a los Sumos Pontífices pidiendo la definición del dogma. Por eso Pío IX quiso que el monumento a la Inmaculada, después de su definitivo oráculo, se levantara en la romana Plaza de España.

VI.- La definición dogmática de la Inmaculada
1.- El Papa Pío IX, de feliz memoria, se decidió a dar el último paso para la suprema exaltación de la Virgen, definiendo el dogma de su Concepción Inmaculada. Dícese que en las tristísimas circunstancias por las que atravesaba la Iglesia, en un día de gran abatimiento, el Pontífice decía al Cardenal Lambruschini: «No le encuentro solución humana a esta situación». Y el Cardenal le respondió: «Pues busquemos una solución divina. Defina S. S. el dogma de la Inmaculada Concepción».
Mas para dar este paso, el Pontífice quería conocer la opinión y parecer de todos los Obispos, pero al mismo tiempo le parecía imposible reunir un Concilio para la consulta. La Providencia le salió al paso con la solución. Una solución sencilla, pero eficaz y definitiva. San Leonardo de Porto Maurizio había escrito una carta al Papa Benedicto XIV, insinuándole que podía conocerse la opinión del episcopado consultándolo por correspondencia epistolar... La carta de San Leonardo fue descubierta en las circunstancias en que Pío IX trataba de solucionar el problema, y fue, como el huevo de Colón, perdónese la frase, que hizo exclamar al Papa: «Solucionado». Al poco tiempo conoció el parecer de toda la jerarquía. Por cierto que un obispo de Hispanoamérica pudo responderle: «Los americanos, con la fe católica, hemos recibido la creencia en la preservación de María». Hermosa alabanza a la acción y celo de nuestra Patria.
2.- Y el día 8 de diciembre de 1854, rodeado de la solemne corona de 92 Obispos, 54 Arzobispos, 43 Cardenales y de una multitud ingentísima de pueblo, definía como dogma de fe el gran privilegio de la Virgen:
«La doctrina que enseña que la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su Concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, es revelada por Dios, y por lo mismo debe creerse firme y constantemente por todos los fieles».
Estas palabras, al parecer tan sencillas y simples, están seleccionadas una por una y tienen resonancia de siglos. Son eco, autorizado y definitivo, de la voz solista que cantaba el común sentir de la Iglesia entre el fragor de las disputas de los teólogos de la Edad Media.


Pascual Rambla, O.F.M., Tratado popular sobre la Santísima Virgen; Parte III, Cap. V: Historia del dogma de la Inmaculada Concepción. Barcelona, Ed. Vilamala, 1954, pp. 192-210.

martes, 7 de diciembre de 2010

Falleció Antonia Benítez de Delfino



Mónica Antonia Benítez de Delfino

06.XII.2010

Ayer a las 22 hs. y a los 86 años dejó este mundo la Sra. Mónica Antonia Benítez de Delfino, esposa de don Ángel Enrique Delfino, hermano de mi padre don José Esteban Delfino. Después de una larguísima enfermedad, el Señor ha recogido a su corazón a Antonia ferviente creyente y practicante de nuestra fe católica.
Mi oración, mi recuerdo y la esperanza de vernos en el cielo.

Novena de NAVIDAD en Pozo del Molle


Novena preparando la Navidad del Bicentenario por sectores
GESTO SOLIDARIO PARA CARITAS PARROQUIAL
Desde el 16 al 24 de diciembre
Pozo del Molle
(Cba.)
14 de diciembre Misa en el Hogar "Sagrada Familia" 18 hs.

16 de diciembre: Ermita de "San Cayetano" 21 hs.
17 de diciembre: Ermita de "San Expedito" 21 hs.
18 de diciembre: Sede Parroquial (horario habitual) 20 hs.
19 de diciembre: Sede Parroquial (horario habitual) 10 hs.
20 de diciembre: Ermita "N.S.del Rosario de San Nicolás" 21 hs.
21 de diciembre: Ermita “Santa Lucía” (Bº. Gambino) 21 hs.


22 de diciembre: Capilla “Ntra .Sra. del Valle” 07 hs.


23 de diciembre: Gruta de “N. Sra. de Lourdes” 21 hs.

24 de diciembre: MISA DE NOCHE BUENA 21 hs.
25 de diciembre: MISA DE NAVIDAD 10 hs.



Estimados hermanos de Pozo del Molle:
Hemos llegado a un tiempo hermoso: Navidad. En esta festividad renovamos nuestra fe en el milagro de Dios entre nosotros, el Hijo eterno nace niño de una madre Virgen en el pesebre de Belén. Este acontecimiento salvador, al final del año, hace renacer en todos una nueva luz de esperanza, por un lado la evaluación del año, y por otro el gozo de sabernos visitados por Dios, que abriendo sus brazos pequeños nos toca con su gracia.
Este año que va terminando, del bicentenario nacional debemos tener un gesto, que nacido de la caridad, sirva de testimonio de esta celebración. CARITAS PARROQUIAL necesita desde hace mucho de un salón para poder atender las necesidades de los más humildes, se construirá en prefabricado en el patio lateral de la Capilla Ntra. Sra. del Valle, solicitamos a todos ayuda solidaria a este fin. Esta Colecta Navideña será un obsequio a Dios y a la Patria, hagamos nuestro aporte, Jesús nacido en Belén sabrá recompensar sobradamente nuestra contribución. ¡Gracias!
Participemos además de este novenario, para rezar por el año que termina, y por esta gracia de vivir con la fe en Cristo recién nacido que no abre una nueva vida.




¡Feliz Navidad! ¡Feliz año nuevo del Señor!
P. José María

sábado, 4 de diciembre de 2010

II domingo de adviento 2010


DOMINGO 5 DE DICIEMBRE DE 2010
DOMINGO IIº DE ADVIENTO


PREPARACIÓN:
Antes de la salida del celebrante


Celebramos el segundo domingo de Adviento, el tiempo fuerte en que nos preparamos para recibir al Señor que viene a nuestro encuentro en esta Navidad; este tiempo en que nuestra madre, la Iglesia, nos urge a una renovación profunda de nuestras vidas, en la gozosa espera del Señor que viene a salvarnos.


1ª. LECTURA: (Is 11, 1-10)

La primera lectura de hoy es nuevamente un gozoso anuncio del profeta Isaías; un anuncio de Aquél que ha de venir a renovar la vida y la historia de los hombres.

SALMO RESP.: (71, 1-2. 7-8. 12-13. 17)

R. Que en sus días florezca la justicia

2ª. LECTURA: (Rm 15, 4-9)

Dios, en su infinita misericordia, ha querido que el anuncio salvador y la vida nueva de Jesucristo, llegara no sólo al pueblo de Israel, sino a todos los hombres, a los que Él llama a la salvación.


EVANGELIO: (Mt 3, 1-12)

Escuchemos ahora, al mismo Jesús que, por boca del Bautista, nos interpela y nos manifiesta que de nada valen las palabras: es necesario que demostremos con hechos concretos que queremos convertirnos.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

"VEN PRONTO SEÑOR"

v Por la Iglesia y el Santo Padre Benedicto XVI, para que por su predicación todos los hombres busquemos la conversión sincera de nuestras vidas para recibir a tu Hijo que viene a salvarnos, oremos...

v Por nuestro Obispo y todos los que cuidan de este pueblo tuyo que peregrina en esta diócesis de Villa María, para que sean nuestro permanente ejemplo para una efectiva renovación de nuestra comunidad, según el Espíritu de Jesús, oremos...

v Por nuestra querida patria, para que, transformando nuestros corazones y dejando nuestras conductas anti-evangélicas, podamos construir una nación más justa, más fraterna y más solidaria, oremos...

v Por tantos hermanos nuestros que se encuentran sufriendo y viviendo en situaciones límites, para que en la Virgen Madre, encuentren el modelo de espera gozosa del Señor Jesús, oremos...

v Por todas las familias de nuestra comunidad, para que por la auténtica conversión de nuestras vidas, nos preparemos convenientemente para recibir al Señor y celebrar con un auténtico espíritu cristiano la Navidad, oremos...

Para que podamos compartir solidariamente en la Colecta Navideña para la construcción del salón de CARITAS, oremos…

Por todos lo amigos y colaboradores de la parroquia, oremos…


PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Las ofrendas que ahora presentamos sobre la mesa del altar, tienen que expresar verdaderamente nuestro ferviente deseo de convertirnos e iniciar una nueva vida: la vida de la gracia.


COMUNIÓN:

Jesucristo está verdaderamente presente entre nosotros de una manera especialmente viva por medio de la comunión. Y esta presencia es lo que nosotros hemos de hacer llegar a todos los hombres mediante signos de amor. Presencia que será definitiva y total con el retorno del Señor.

AVISOS PARROQUIALES
1. Recordar que para hacer las donaciones navideñas para el salón de CARITAS está autorizado el Sr. Norberto Pirra a recibirlas o el Párroco.
2. Con una donación de un feligrés se ha podido comprar un nuevo belén para este año, igualmente toda la luminaria del arbolito de Navidad, agradecemos a Dios por su generosidad, será bendecido el 8 de diciembre en la Misa de precepto de las 20 hs.
3. La novena de Santa Lucía se celebra según el programa que se les repartirá a la salida del templo.
4. La novena navideña para preparar intensamente la navidad en el espíritu comienza el 16 de diciembre en la ermita San Cayetano a las 21 hs.
5. A partir del año próximo con el nombramiento del Padre Pablo Alfonso en La Playosa como párroco, tendremos cambios en el año próximo en la pastoral parroquial debido a que el sacerdote estará únicamente en Pozo del Molle