lunes, 31 de octubre de 2011

Proyecto de una nueva capilla en Barrio Ctalomochita de la ciudad de Villa Nueva



En el barrio Ctalamochita, de la ciudad de Villa Nueva, se construirá una capilla que llevará el nombre del Beato “Ceferino Namuncurá”.
Según pudo conocer este matutino, el edificio religioso está proyectado erigirse en la intersección de las calles Los Quebrachos y Los Nogales.
Días atrás y para analizar la temática se realizó una primera reunión en la parroquia de Villa Nueva en la que participaron el padre Sergio Rubiolo, Marcos Rodríguez, Carola Celada, Carola Gaido, Silvia Trigo, Marcela Unzueta, Luis Demichelis, Marcela Carranza, Walter Acosta, David Ruiz, Emiliano Pilo y Jorge A. Valinotto.
Durante el encuentro, los presentes analizaron los planos de la obra, ya aprobados, y determinaron los pasos a seguir para concretar la construcción.
Vale destacar que las personas interesadas en sumarse al proyecto y que quieran colaborar deben contactarse a los teléfonos 154187631 (Walter Acosta) o 154124515 (David Ruiz).


Trabajos de hidrolabado general en el exterior del templo de Pozo del Molle





domingo, 30 de octubre de 2011

Reflexión para la solemnidad de Todos los Santos (Congregatio pro Clericis)




Citas
Ap 7,2-4.9-14: www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/9addk2g.htm
www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/9an4s3g.htm
1Jn 3,1-3: www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/9abr2tc.htm
Mt 5,1-12a: www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/9abttke.htm

La liturgia de hoy comienza con la exhortación “Alegrémonos todos en el Señor” (Ant. entr.) La liturgia nos invita a compartir la alegría celestial de los santos, a saborear la alegría. Contemplamos el misterio de la comunón de los santos del cielo y de la tierra. No estamos solos, sino que nos encontramos rodeados por un gran ejército de testigos: con ellos formamos el Cuerpo de Cristo, con ellos somos hijos de Dios, con ellos hemos sido hechos santos por el Espíritu Santo. El glorioso elenco de los santos intercede por nosotros delante del Señor, nos acompaña en nuestro caminar, nos estimula a tener fija la mirada en el Señor Jesús, que vendrá en su gloria en medio de sus santos. ¡A esta alegría nos invita la liturgia!
La Iglesia celebra su dignidad de Madre de los santos. Es en ellos donde la Iglesia reconoce sus rasgos característicos y es en ellos donde saborea su más profunda alegría. El Apocalipsis los describe como “una inmensa multitud que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua” (Ap 7, 9). Los santos no son, pues, una casta exigua, sino una multitud innumerable, hacia la cual la Iglesia nos exhorta a levantar la mirada. En esa multitud no se encuentran solamente los santos oficialmente reconocidos, sino los bautizados de toda época y nación, que han buscado cumplir con amor y fidelidad la voluntad divina. De la gran mayoría no conocemos sus rostros y ni siquiera sus nombres, pero con los ojos de la fe los vemos resplandecer, como astros llenos de gloria, en el firmamento de Dios. Este pueblo abarca a los santos del Antiguo Testamento, partiendo del justo Abel y del patriarca Abraham; a los del Nuevo Testamento; a los numerosos mártires de los comienzo del cristianismo, y los beatos y santos de los siglos sucesicos, hasta los testigos de Cristo de nuestra época. Los une a todos la alegría y el gozo de ser amigos de Dios.
¿Cómo podemos ser santos y amigos de Dios? La santidad es, antes que nada, un don de Dios. El apóstol Juan escribe: “Mirad qué amor tan grande: que nos llamemos hijos de Dios, ¡y lo somos! (1 Jn 3, 1). Es Dios, pues, quien nos ha amado primero y en Jesucristo nos ha hecho sus hijos adoptivos. En nuestra vida todo es don de su amor: ¿cómo quedarnos indiferentes delante de un misterio tan grande? ¿Cómo no responder al amor del Padre celestial con una vida de hijos reconocidos? En Cristo se nos ha dado Él mismo y nos llama a una relación personal y profunda con Él. Por tanto, cuanto más imitemos a Jesús y más estemos unidos a Él, tanto más entraremos em el misterio de la santidad divina. Descubrimos que somos amados por Él infinitamente, y esto nos empuja, a su vez, a amar a los hermanos. Amar implica siempre un acto de renuncia a uno mismo, el “perderse a sí mismo”, y es esto lo que nos hace felices.
Es necesario, pues, seguir a Cristo, como Él mismo nos lo indica: “Si alguien me sirve, que me siga, y donde yo estoy allí estará también mi servidor. Si alguien me sirve, el Padre le honrará” (Jn 12, 26). Quien se fía de Él y lo ama con sinceridad, acepta, como el grano de trigo sepultado en la tierra, morir a sí msmo. La experiencia de la Iglesia demuestra que cualquier forma de santidad, aun siguiendo huellas diferentes, pasa siempre por el camino de preferir al Señor antes que a uno mismo. Las biografías de los santos muestran a hombres y mujeres que, dóciles a los designios divinos, a veces afrontaron pruebas, persecuciones y martirio. Perseveraron en su empeño, “son los que vienen de la gran tribulación –se lee en el Apocalipsis-, los que han lavado sus túnicas y las han blanqueado con la sangre del Cordero” (Ap 7, 14). El ejemplo de los santos es para nosotros un estímulo para seguir las mismas huellas y experimentar la alegría de quien se fía de Dios, porque la única verdadera causa de tristeza y de infelicidad para el hombre es vivir lejos de Él.
En el Evangelio proclamado en esta espléndida Solemnidad, Jesús dice: “Bienaventurados los pobres de espíritu, bienaventurados los que lloran, los mansos, bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, bienaventurados los limpios de corazón, los pacíficos, los perseguidos a causa de la justicia” (cfr. Mt 5, 3-10). En realidad, el Bienaventurado por excelencia es solamente Él, Jesús. Es Él el verdadero pobre de espíritu, el afligido, el manso, el hambriento y el perseguido por la justicia, el misericordioso, el limpio de corazón, el que trabaja por la paz; es Él el perseguido a causa de la justicia. Las Bienaventuranzas nos muestran la fisonomía espiritual de Jesús y expresan el misterio de su persona. En la medida en que acogemos su propuesta y nos ponemos a seguirlo –cada uno en sus circunstancias- también podemos participar de su bienaventuranza y ser realmente “amigos”. Con Él, lo imposible se hace posible y hasta “un camello pasa por el ojo de una aguja” (cfr Mc 10, 25). Con su ayuda, sólo con su ayuda, podemos llegar a “ser perfectos como es perfecto el Padre celestial” (cfr. Mt 5, 48).
Este es el significado de la solemnidad de hoy. Mirando el ejemplo luminoso de los santos, despertar en nosotros el deseo grande de ser como los santos: felices de vivir junto a Dios, en su luz, en la gran familia de los amigos de Dios. Ser santo significa vivir en la cercanía de Dios, vivir en su familia.
Nos adentramos ahora en el corazón de la Celebración eucarística. Dentro de poco, Cristo se hará presente de la manera más alta. Cristo, verdadera Vid, a la cual, como los sarmientos, están unidos los fieles que habitan la tierra y los santos del cielo. Por lo tanto, más estrecha será la comunión de la Iglesia que peregrina en el mundo con la Iglesia triunfante en la gloria. En el Prefacio proclamaremos que los santos son para nosotros amigos y modelos de vida. Vamos a invocarlos para que nos ayuden a imitarlos y empeñémonos en responder con generosidad, como ellos lo hicieron, a la llamada divina. Invoquemos especialmente a María, Madre del Señor y espejo de toda santidad. Que ella, la Toda Santa, nos haga fieles discípulos de sus Hijo Jesucristo.

martes, 25 de octubre de 2011

La capilla de Luca de fiesta por su patrono en la diócesis de Villa María






El pueblo celebró el pasado 18 el día de su protector religioso, San Lucas.
Los festejos se centraron en lo litúrgico con la celebración de la Misa de Novena, de la que participaron diversos sacerdotes de la Diócesis de Villa María, a la que pertenece esa parroquia, incluso la del vicario de la misma, Sergio Rubiolo.
El martes por la mañana el padre Darío Cabrera estuvo acompañado por el obispo monseñor José Angel Rovai, quien se encargó de que un puñado de niños recibiera la Primera Comunión y otro de adolescentes la Confirmación en la fe católica.
Poco antes, lo protocolar sucedió en plaza San Martín, con el izamiento de la Bandera nacional y posterior ofrenda floral en el monumento que perpetúa la memoria del Libertador de América.
Tras la misa, Rovai saludó en la puerta del templo a los feligreses, uno a uno.
Los pobladores, tras los actos religiosos matinales, acompañaron alrededor de las 11.30 a los estudiantes del 5to. año del Instituto Secundario Municipal “Antonio M. Valinotto”, para dejar inaugurado en el predio del ferrocarril un Paseo de la Amistad. Se trata de un sector parquizado e iluminado, que además brinda mayor tranquilidad para los habitantes que deben atravesar el mismo, ya que residen atravesando las vías del tendido ferroviario. Un considerable marco de público aplaudió a los estudiantes por este logro, que el sacerdote Cabrera bendijo previo al corte de cinta.

Por la tarde

Por la tarde, desde las 18.30, los fieles volvieron al templo para desde allí llevar en Procesión religiosa la imagen de San Lucas por las calles del pueblo.
Poco después, al caer la tarde, la gestión que encabeza el intendente Osvaldo Arietti presentó en sociedad la iluminación de las fachadas de cuatro edificios “públicos”: el templo, el instituto secundario, el Centro de Jubilados y el Juzgado de Paz.
A partir de las 20.30 dejaron inauguradas, además, la remodelación lumínica de la plaza San Martín. Posteriormente se realizó la imposición del nombre al edificio del Geriátrico Municipal y, minutos más tarde, el municipio presentó el automóvil que se utilizará para protección ciudadana.

La vedette

A las 21.30 se llevó a cabo la inauguración de lo que para Arietti es la gran vedette de las obras concretadas para este año: el auditorio municipal, con capacidad para alrededor de 120 personas, y conectado al salón, lo que permite combinar en un solo espacio diversas actividades y hace a un lugar preciso para el desarrollo de la cultura, según explicó a EL DIARIO.
Esta sala demandó una inversión de 300 mil pesos, monto aportado por el Gobierno provincial, anunciada en la visita del gobernador Juan Schiaretti cuando sesionó en la localidad el Gabinete de Gobierno. El auditorio comprende 137 metros cuadrados cubiertos, posee un palco y estará dotado de sillas plásticas, no butacas, indicó el jefe comunal.

Para todos

Por otra parte, sin actos, la Administración Arietti anexó en el programa festivo el eslogan “¡¡¡Obras para todos!!!”, a partir de donde hace referencia a la pavimentación de tres cuadras, mil metros lineales de cordón cuneta, la ampliación del jardín de infantes, el asador para el salón municipal y la calefacción central para el mismo, como así también el inicio de construcción de cuatro viviendas municipales.

Fuente: El Diario del sur de Córdoba

domingo, 16 de octubre de 2011

Domingo XXIX del tiempo Ordinario, Congregatio pro Clericis








Citas de
Is 45,1.4-6: www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/9abst5bm.htm
1Ts 1,1-5b: www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/9abthma.htm
Mt 22,15-21: www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/9axg0xv.htm

En el pasaje evangélico que la Liturgia nos presenta este Domingo, el Señor se dirige a nosotros en distintos planos: desde su actitud e infinita paciencia que manifiesta a sus interlocutores; desde el contenido mismo de su respuesta; desde la clara indicación de método que en ella se presenta. Vamos a detenernos especialmente en este último aspecto: la indicación sobre el método.
Se le pregunta y se le pone a prueba en relación con las llamadas “cuestiones temporales”. El Verbo encarnado no inventa una nueva doctrina, no revoluciona el orden de las cosas, no pretende el reconocimiento abstracto de su propia divina Realeza, sino que, sencillamente, lleva a sus adversarios a “leer” la realidad, la realidad misma en la cual Él, que es verdadero Dios, ha querido entrar definitivamente como verdadero hombre.
“Enseñadme la moneda del tributo”. Para comprender el real valor de las cosas, de las relaciones interpersonales, de los propios deberes y responsabilidades, para recibir la respiesta auténtica a cada pregunta, el método es uno solo: presentar cada realidad a la mirada de Cristo. Haciéndolo así no se recibirá una indicación extraña a la inteligencia humana. Los mismos fariseos y herodianos que interrogaban a Jesús, no recibieron de Él una respuesta basada sobre criterios nuevos y desconocidos, que podría ser rechazada por ellos como incomprensible o subversiva del orden constituido.
“Él les preguntó: ¿de quién es esta imagen y esta inscripción? – Del César, contestaron”. Cristo no le responde al hombre saltando por encima de su inteligencia y libertad, sino, más bien, a través de ellas. Al mismo tiempo, no obstante, la verdad y profundidad de su respuesta son siempre increíblememnte nuevas. “¿De quién es esta imagen y esta inscripción?”. El les pide que le muestren la realidad en cuestión –la moneda del tributo-, para después guiar a los presentes a la observación simple y atenta de ese objeto. Cristo no ofrece doctrinas nuevas, en virtud de su Sabiduría divina, ni quiere sobrepasar a los hombres en virtud de su perfección humana. Él decide vivir desde dentro nuestra propia condición, para llevarnos como de la mano al real significado de las cosas que nos rodean, a la verdad de nuestro corazón y de todo nuestro ser, a la verdad del prójimo, a la Verdad última que sostiene todo y que es Dios: hasta alcanzar una familiaridad “ontológica” con Él, que es llegar a participar de su misma filiación divina.
“¿De quién es esta imagen y esta inscripción?” ¿Dónde podemos experimentar hoy una compañía tal en nuestra existencia, que alcanza a ofrecer el propio amor a cada hombre, incluso al más hostil? ¿Dónde podemos experimentar al Emmanuel, el Dios-con-nosotros que, poniéndose a nuestro lado, camina con nosotros para llevarnos, a través de su humanidad perfecta, al océano eterno de la Divinidad? ¿Dónde permanece hoy la presencia de Cristo, que sigue dirigiéndole a los hombres la misma pregunta: “¿De quién es esta imagen y esta inscripciòn?”.
Es en la unidad de quienes Él ha querido asociar a Sí mismo, como los sarmientos a la vid, donde Él continúa presente y operante en la historia de la humanidad. Es en la comunidad de los creyentes, regenerados a una Vida nueva en el Bautismo, conformados cada vez más a su Corazón adorable, a través de la comunión del Pan eucarístico y guiados en el camino por el “dulce Cristo en la tierra”, el Sucesor de Pedro, que Él recuerda a los hombres: “Dad, pues, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Pero, ¿qué es lo que pertenece al César? ¿Qué es lo que él puede, también hoy, reclamar a los hombres? Puede exigir el tributo; el respeto por su autoridad, indispensable para la convivencia; la colaboración en favor de la paz social, que permite al hombre cumplir con las exigencias propias de su altísima dignidad. Esta colaboración se presta con la honradez de la propia vida y la obediencia, en las materias legales-administrativas que están “disponibles” a la voluntad del legislador.
¿Y qué es lo que pertenece a Dios? ¿En dónde está impresa su imagen y la inscripción? Todo, también el César, es decir, la autoridad, que nunca está solamente más allá de cada uno para servir al pueblo, sino que con cada uno y con el pueblo, está “bajo el Cielo”, bajo la mirada de Dios, teniendo como coordenadas de la propia actuación la naturaleza y la razón. Como afirmaba Tertuliano: “¡Es grande el emperador porque es más pequeño que el Cielo!”.
El hombre, pues, tiene como coordenadas fundamentales para comprender qué es lo justo, la ley natural, que está inscrita en las cosas, y la intelgencia, capaz de reconocerla.
Como ha enseñado recientemente el Santo Padre Benedicto XVI en su visita al Parlamento federal, en el Reichstag de Berlín: “Quita el derecho y, entonces, ¿qué distingue el Estado de una gran banda de bandidos?”, dijo en cierta ocasión San Agustín. Nosotros, los alemanes, (...) hemos experimentado cómo el poder se separó del derecho, se enfrentó contra él; cómo se pisoteó el derecho, de manera que el Estado se convirtió en el instrumento para la destrucción del derecho; se transformó en una cuadrilla de bandidos muy bien organizada (...)Servir al derecho y combatir el dominio de la injusticia es y sigue siendo el deber fundamental del político. En un momento histórico, en el cual el hombre ha adquirido un poder hasta ahora inimaginable, este deber se convierte en algo particularmente urgente”.
Queridos hermanos, miremos el mandamiento de amor que Cristo nos ha dado en la misma comunión con la vida divina; seamos promotores auténticos de los “derechos de Dios”, sin relativimos ni anarquías, sino conscientes de la única verdadera dependencia que anima y sostiene toda la realidad: la dependencia de Dios, Creador y Redentor. Y repitamos al mundo, junto con la Santísima Virgen: “Familia de los pueblos, dad al Señor la gloria de su nombre”.

jueves, 13 de octubre de 2011

Volante que llevan las misioneras parroquiales casa por casa para el Triduo de difuntos




TRIDUO POR LOS DIFUNTOS 2011
29,30 (20 hs.) y 31 (10 hs.) de octubre
1º de noviembre “Todos los Santos”
Misa en la parroquia 20 hs.
2 de noviembre “Todos los difuntos”
Misa en el Cementerio 18 hs.
En caso de mal tiempo
MISA EN LA PARROQUIA 20 hs.





La tradición de la Iglesia ha exhortado siempre a orar por los difuntos. El fundamento de la oración de sufragio se encuentra en la comunión del Cuerpo místico. Como reafirma el concilio Vaticano II, "la Iglesia peregrina, perfectamente consciente de esta comunión de todo el Cuerpo místico de Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad el recuerdo de los difuntos" (Lumen Gentium, 50). Puesto que, que con la muerte física, la del cuerpo, el alma espiritual no muere, y el premio de estar junto al Señor Resucitado es posible cuando se vivió según el Evangelio de Jesús.
Por tanto, recomienda la visita a los cementerios, el cuidado de las tumbas y los sufragios, es decir la aplicación de los frutos infinitos de la Santa Misa, como testimonio de esperanza confiada, a pesar del dolor por la separación de los propios seres queridos. La muerte no es la última palabra sobre el destino humano, puesto que el hombre está destinado a una vida sin límites, que encuentra su plenitud en Dios.
Por esto, el Concilio subraya que "la fe, apoyada en sólidos argumentos, ofrece a todo hombre que reflexiona una respuesta a su ansiedad sobre su destino futuro, y le da al mismo tiempo la posibilidad de una comunión en Cristo con los hermanos queridos arrebatados ya por la muerte, confiriéndoles la esperanza de que ellos han alcanzado en Dios la vida verdadera" (Gaudium et Spes, 18).
Por ello rezamos en este triduo por todos nuestros seres queridos, y por aquellos que, son desconocidos por nosotros pero que necesitan de nuestra oración.
Pedimos a la misericordia infinita de Dios abra las puertas del cielo, para que estén todos en la presencia del Señor.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Mons. Tissera obispo de Quilmes, y Mons. Zurbriggen, párroco de la catedral de Rafaela, obispo coadjutor de Deán Funes (prelatura territorial)







Buenos Aires, 12 Oct. 2011 (AICA): El Santo Padre Benedicto XVI nombró obispo de Quilmes a monseñor Carlos José Tissera, de 60 años de edad, actual obispo de San Francisco (Córdoba).

Previamente, el Papa aceptó la renuncia presentada por el hasta ahora obispo de Quilmes, monseñor Luis Teodorico Stöckler, por haber cumplido 75 años, edad señalada por la norma canónica.

La noticia fue difundida esta mañana por el nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardini, a través de la agencia AICA, al mismo tiempo que se publicaba en Roma.



Mons. Carlos Tissera, obispo electo de Quilmes

Monseñor Carlos José Tissera nació en Río Cuarto, provincia de Córdoba, el 10 de septiembre de 1951. Fue ordenado sacerdote el 7 de abril de 1978 en la catedral de Río Cuarto por monseñor Moisés Julio Blanchoud, obispo de Río Cuarto.

El 16 de noviembre de 2004 el papa Juan Pablo II lo designó obispo de San Francisco.

Fue ordenado obispo el 6 de febrero de 2005 en la catedral de Río Cuarto, por monseñor Artemio Staffolani, obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, y por monseñor Moisés Julio Blanchoud, obispo emérito de Salta y monseñor Mario Poli, obispo auxiliar de Buenos Aires, como obispos co-consagrantes.

Tomó posesión de la sede episcopal e inició su ministerio pastoral como cuarto obispo de San Francisco el 27 de febrero de 2005.

En la Conferencia Episcopal Argentina es miembro de la Comisión de Ministerios (CEMIN). Su lema episcopal es: “En tu palabra echaré las redes”.



Diócesis de Quilmes

La diócesis de Quilmes fue creada el 19 de junio de 1976 por el papa Pablo VI y comprende, en la provincia de Buenos Aires, los partidos de Berazategui, Florencio Varela y Quilmes, con una superficie de 503 kilómetros cuadrados y una población de 1.198.000 habitantes, de los cuales se estima que el 80% son católicos.

La diócesis cuenta con 80 parroquias, 217 iglesias y capillas no parroquiales; 100 sacerdotes, de los cuales 78 diocesanos y 22 religiosos; 84 diáconos permanentes; 242 religiosas y 118 centros educativos de la Iglesia.

Su primer obispo fue monseñor Jorge Novak SVD (1976-2001); de abril de 1997 al 19 de mayo de 2000, fecha en la que falleció, fue obispo coadjutor monseñor Gerardo Tomás Farrell; el segundo obispo, que acaba de renunciar, fue monseñor Luis Teodorico Stöckler, quien ahora queda al frente de la diócesis de Quilmes en calidad de Administrador Apostólico, hasta que asuma el nuevo obispo

Buenos Aires, 12 Oct. 2011 (AICA): El nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardini, informó a través de la agencia AICA que el Santo Padre Benedicto XVI nombró obispo prelado coadjutor de la prelatura de Deán Funes (Córdoba) al presbítero licenciado Gustavo Gabriel Zurbriggen, de 48 años de edad, perteneciente al clero de la diócesis de Rafaela (Santa Fe), actualmente párroco de la catedral San Rafael Arcángel, de Rafaela.

Monseñor Zurbriggen colaborará en el gobierno pastoral del actual obispo-prelado de Deán Funes, monseñor Aurelio José Kühn OFM, de 72 años y, eventualmente, será su sucesor en esta sede prelaticia.



Pbro. Gustavo G. Zurbriggen

El presbítero Gustavo Gabriel Zurbriggen nació el 26 de noviembre de 1963 en el pueblo de Curupaytí, departamento de San Cristóbal, provincia de Santa Fe.

Cumplidos los estudios, primarios, secundarios y superiores, ingresó en el Seminario Mayor Nuestra Señora de Loreto, de la arquidiócesis de Córdoba, donde entonces se formaban los seminaristas de la diócesis de Rafaela.

Obtuvo los títulos de Profesor en Ciencias Religiosas y el Bachillerato en Teología en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires.

Fue ordenado sacerdote el 26 de octubre de 1990 por monseñor Héctor Gabino Romero, obispo de Rafaela, en la capilla Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de Curupaytí, su pueblo natal

Tras su ordenación presbiteral ejerció el ministerio como vicario parroquial en Santa Catalina de Siena, en la localidad de Suardi; en Nuestra Señora de Fátima, de la ciudad de Rafaela; y en la catedral San Rafael Arcángel.

En 1996 fue enviado a Roma para perfeccionar sus estudios teológicos y obtuvo la licenciatura en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana.

De regreso a la diócesis, nuevamente se desempeñó como vicario parroquial de la Catedral y luego, en el año 2000, fue nombrado párroco de Santa Catalina de Siena, en Suardi. Desde el año 2006 hasta el presente es párroco de la catedral San Rafael Arcángel.

Es profesor de Teología Dogmática en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, de Paraná, y dictó cursos de Teología en el Seminario de Córdoba.

En la diócesis de Rafaela es miembro del Colegio de Consultores, del Consejo Presbiteral y del Equipo de Formación Permanente del Clero. Es también Coordinador del Consejo Diocesano de Pastoral.



Prelatura de Deán Funes

La Prelatura de Deán Funes fue creada el 25 de enero de 1980 por Juan Pablo II. Comprende, en el norte de la provincia de Córdoba, los departamentos de Ischilín, Río Seco, Sobremonte y Tulumba, con una superficie de 28.700 kilómetros cuadrados y una población de 62.000 habitantes, de los cuales se estima que el 90% son católicos.

Cuenta con 8 parroquias y 28 iglesias y capillas no parroquiales; 16 sacerdotes (10 diocesanos y 6 religiosos); una Cartuja con 5 hermanos cartujos; 6 religiosas, y 3 centros educativos de la Iglesia.

El primer obispo prelado de Deán Funes fue monseñor Ramón Iribarne, de la Orden de la Merced, quien el 19 de abril de 1980 fue ordenado obispo y tomó posesión de la recientemente creada Prelatura, y 74 días después, el 2 de julio, falleció repentinamente. El segundo obispo prelado fue monseñor Lucas Luis Dónnelly, también mercedario, designado por Juan Pablo II el 31 de diciembre de 1980. Recibió la consagración episcopal en Roma de manos del mismo Juan Pablo II el 6 de enero de 1981 y tomó posesión de la Prelatura el 14 de marzo de ese mismo año. Renunció por límite de edad el 18 de enero de 2000.

El tercer obispo prelado es el actual, monseñor Aurelio José Kühn, de la Orden Franciscana