domingo, 4 de marzo de 2012

Tema 2 La creación de la nada, el hombre y la libertad






1. La creación del universo: de todo lo invisible y lo visible
Desde el primer año de comunión se habló que Dios, generosamente ha querido desde su total abundancia compartir su felicidad creando el mundo, y en él, de modo particular al hombre y a la mujer que los hace a su imagen y semejanza.
Cuando decimos que Dios creó todo cuanto existe, decimos habitualmente el cielo y la tierra, con todo lo que hay en ella. Lo hace porque es “todopoderoso” (lo puede todo) y “omnisciente” (lo sabe todo). De tal forma que cuanto ha creado lo ha hecho con infinita sabiduría y amor.
Cuando sostenemos que Dios crea el universo entero, comienza el tiempo. Es decir, el tiempo es también creatura, y aparece con la creación. Antes de la misma no había tiempo. Sólo estaba Dios (trinitario) en su infinitud y felicidad eternas.

Creación de la nada (ex nhilo)
Una cosa muy importante es saber que Dios creador cuando decide el acto de creación lo hace desde la nada (eso significa la palabra “nhilo”), es decir, cuando decimos nada, se entiende eso, no hay nada. Entenderlo bien a esto es importante, porque antes que el universo fuera creado era sólo Dios el que existía totalmente pleno de felicidad. Al decir que nos crea de la nada, está diciendo dos cosas:
1- No nos crea de una parte de su ser: seríamos dioses
2- No hay una materia primigenia de la que nos saca, porque sólo Él existía
3- La nada significa que el poder de Dios nos genera de nada de ser anterior

2. No tenía necesidad, pero sí gran amor
Pero a su vez, no podemos decir que cuando Dios ha creado el universo lo hizo por necesidad, porque no tiene ninguna necesidad, al ser Dios lo tiene todo y se basta a sí mismo. La creación entera es producto del inmenso amor de Dios que ha querido compartir con nosotros la existencia, es decir existir en el mundo con todas sus maravillas. Por tanto somos producto de un gesto infinito de amor de Dios que es origen de todo cuanto existe, ya material o inmaterial (ej. alma, los ángeles, etc.).



3. La Biblia nos cuenta en el capítulo 1 y 2 el origen de todo
Génesis
Autor: La Biblia

Capítulo 1: Génesis 1

LA CREACIÓN DEL MUNDO Y LA CAÍDA DEL HOMBRE
1 1 Al principio Dios creó el cielo y la tierra. 2 La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios se aleteaba sobre las aguas.

3 Entonces Dios dijo: "Que exista la luz". Y la luz existió. 4 Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas; 5 y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el primer día.

6 Dios dijo: "Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca una separación entre ellas". Y así sucedió. 7 Dios hizo el firmamento, y este separó las aguas que están debajo de él, de las que están encima de él; 8 y Dios llamó Cielo al firmamento. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el segundo día.

9 Dios dijo: "Que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo el cielo, y que aparezca el suelo firme". Y así sucedió. 10 Dios llamó Tierra al suelo firme y Mar al conjunto de las aguas. Y Dios vio que esto era bueno.

11 Entonces dijo: "Que la tierra produzca vegetales, hierbas que den semilla y árboles frutales, que den sobre la tierra frutos de su misma especie con su semilla adentro". Y así sucedió.

12 La tierra hizo brotar vegetales, hierba que da semilla según su especie y árboles que dan fruto de su misma especie con su semilla adentro. Y Dios vio que esto era bueno.13 Así hubo una tarde y una mañana: este fue el tercer día.

14 Dios dijo: "Que haya astros en el firmamento del cielo para distinguir el día de la noche; que ellos señalen las fiestas, los días y los años, 15 y que estén como lámparas en el firmamento del cielo para iluminar la tierra". Y así sucedió.

16 Dios hizo los dos grandes astros –el astro mayor para presidir el día y el menor para presidir la noche– y también hizo las estrellas. 17 Y los puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, 18 para presidir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios vio que esto era bueno. 19 Así hubo una tarde y una mañana: este fue el cuarto día.


20 Dios dijo: "Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros sobre la tierra, por el firmamento del cielo". 21 Dios creó los grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y Dios vio que esto era bueno.

22 Entonces los bendijo, diciendo: "Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares y que las aves se multipliquen sobre la tierra". 23 Así hubo una tarde y una mañana: este fue el quinto día.

24 Dios dijo: "Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie". Y así sucedió. 25 Dios hizo las diversas clases de animales del campo, las diversas clases de ganado y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y Dios vio que esto era bueno.

26 Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo".

27 Y Dios creó al hombre a su imagen;
lo creó a imagen de Dios,
los creó varón y mujer.

28 Y los bendijo, diciéndoles: "Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra".

29 Y continuó diciendo: "Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento.

30 Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde". Y así sucedió.

31 Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el sexto día.
Este texto, Gn 1, nos cuenta con mucho orden y precisión como Dios creó cada cosa con su sola palabra de vida, es decir con su poder creador, al final de todo las cosas, entre ellas los animales más variados, crea al final el hombre (v 26-27) a su imagen y semejanza, es decir dotado de una realidad que no la tienen las otras creaturas. Cuando se dice que fuimos hechos a su imagen y semejanza, se dice que por ser creados con razonamiento, con un alma espiritual, somos cualitativamente diferentes al resto de los seres. Por eso cuando termina de crear al hombre y a la mujer dice: “Y vio que esto era muy bueno” (v 31). Cosa que no se dijo en los versículos anteriores, se decía sólo “vio que esto era bueno”.
Este primer capítulo del libro del Génesis nos hace saber que Dios creador lo ha hecho todo con orden, sabiduría y precisión, y que la obra más grande es el hombre y la mujer, que tienen su imagen y semejanza.
Ahora leamos el segundo capítulo del mismo libro y veamos que nos cuenta otra vez lo mismo, pero de otra manera:


Génesis
Autor: La Biblia

Capítulo 2: Génesis 2

2 1 Así fueron terminados el cielo y la tierra, y todos los seres que hay en ellos.
2 El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido. 3 Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había creado.

4 Este fue el origen del cielo y de la tierra cuando fueron creados.

La creación del hombre y la mujer
Cuando el Señor Dios hizo la tierra y el cielo, 5 aún no había ningún arbusto del campo sobre la tierra ni había brotado ninguna hierba, porque el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra. Tampoco había ningún hombre para cultivar el suelo, 6 pero un manantial surgía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo.

7 Entonces el Señor Dios modeló al hombre con arcilla del suelo y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.

8 El Señor Dios plantó un jardín en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado.

9 Y el Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, que eran atrayentes para la vista y apetitosos para comer; hizo brotar el árbol de la vida en medio del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

10 De Edén nace un río que riega el jardín, y desde allí se divide en cuatro brazos. 11 El primero se llama Pisón: es el que recorre toda la región de Javilá, donde hay oro.

12 El oro de esa región es excelente, y en ella hay también bedelio y lapislázuli. 13 El segundo río se llama Guijón: es el que recorre toda la tierra de Cus.

14 El tercero se llama Tigris: es el que pasa al este de Asur. El cuarto es el Éufrates.
15 El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivara y lo cuidara.

16 Y le dio esta orden: "Puedes comer de todos los árboles que hay en el jardín, 17 exceptuando únicamente el árbol del conocimiento del bien y del mal. De él no deberás comer, porque el día que lo hagas quedarás sujeto a la muerte".

18 Después dijo el Señor Dios: "No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada".

19 Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre para ver qué nombre les pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le pusiera el hombre.

20 El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró la ayuda adecuada.

21 Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y cuando este se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar vacío.

22 Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre. 23 El hombre exclamó:
"¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre".

24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne.

25 Los dos, el hombre y la mujer, estaban desnudos, pero no sentían vergüenza.




En este texto del capítulo 2 del Génesis, no se cuenta con detalle como fueron apareciendo las cosas creadas, sino que hace centro en la creación del primer hombre: Adán, soplado su espíritu, es decir dándole vida, el alma espiritual, y de cómo Dios le prepara un lugar “Edén-Paraíso”, hermoso y lleno de todo lo que podía necesitar. Después crea a la mujer, porque ve que el hombre no está bien solo, y lo hace de una parte de su cuerpo: la costilla. De lo que se desprende que ambos son iguales en dignidad. En este segundo relato el centro es el hombre creado por la mano de Dios de la tierra, de la arcilla. Así podríamos decir con verdad que somos obra de las manos de Dios.
De tal forma que aparece con toda claridad que el ser humano hecho por las manos de Dios es un ser social, no era bueno que Adán estuviera sólo, de todo lo creado, no había nada que le estuviera a su altura, por ello crea a una compañera: la mujer, con la que puede establecer un diálogo. Le da poder para trabajar y cuidar la tierra y todas sus cosas, incluso poner nombre a los animales.
El hombre y la mujer creados así, en armonía con Dios, entre ellos, y con la naturaleza le decimos: el estado natural.



4. Adán primer hombre, Eva la primera mujer
Como hemos leído Adán es el primer hombre y Eva la primera mujer. De tal modo que, a partir de ellos descendemos todos los hombres y mujeres de la tierra hasta hoy, y hasta el final de los tiempos (esta corriente se denomina monogenismo). Es decir el origen de la humanidad derivado de una sola pareja humana.
Pero a lo largo del avance científico, de los estudios bíblicos, se notó que probablemente también, el nombre Adán (hombre) podía significar que Dios hubiera creado varios hombres bajo este nombre, y Eva (madre de vivientes) fueran muchas mujeres, y no una sola. Entonces, el origen ya no sería de una pareja humana, sino de grupos humanos creados directamente por Dios (esta corriente se llama poligenismo). Es decir, descenderíamos de varias personas creadas por Dios.
La Iglesia nunca se definió sobre el tema, porque lo que importa es que Dios nos ha creado, lo demás es un campo abierto a la discusión, que no hace a la verdad revelada fundamental: Dios es el creador de todo, y que el hombre y la mujer son el centro de la creación, puesto que por su inteligencia y voluntad es lo más grande que Dios hizo.



5. La libertad humana: bien y mal
Cuando Dios hizo a Adán y a Eva, los hizo libres. Libertad significa poder decidir. Es decir hacer o dejar de hacer una cosa. Elegir entre varias posibilidades. Esta libertad es un don, probablemente el más grande que tenga el ser humano además de ser Hijo de Dios por el bautismo. Cuando Dios lo hizo así: libre (libre albedrio), sabía de antemano que, podía no hacer su voluntad. Pero Dios quiso hacer al hombre semejante a Él, y por eso lo hizo libre, para que pudiera decidir, aunque corría el riesgo de ser incluso rechazado, a pesar de ser su Creador y Señor. Veamos como cuenta el Génesis como el hombre fue libre, y lo sigue siendo:



Capítulo 3: Genesis 3

La tentación y el pecado del hombre
3 1 La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho, y dijo a la mujer: "¿Así que Dios les ordenó que no comieran de ningún árbol del jardín?".

2 La mujer le respondió: "Podemos comer los frutos de todos los árboles del jardín. 3 Pero respecto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: ‘No coman de él ni lo toquen, porque de lo contrario quedarán sujetos a la muerte’".

4 La serpiente dijo a la mujer: "No, no morirán. 5 Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal".

6 Cuando la mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir discernimiento, tomó de su fruto y comió; luego se lo dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió.

7 Entonces se abrieron los ojos de los dos y descubrieron que estaban desnudos. Por eso se hicieron unos taparrabos, entretejiendo hojas de higuera.

8 Al oír la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín, a la hora en que sopla la brisa, se ocultaron de él, entre los árboles del jardín. 9 Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?".

10 "Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí". 11 Él replicó: "¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que yo te prohibí?".

12 El hombre respondió: "La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él". 13 El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Cómo hiciste semejante cosa?". La mujer respondió: "La serpiente me sedujo y comí".

La maldición de la serpiente

14 Y el Señor Dios dijo a la serpiente:
"Por haber hecho esto maldita seas entre todos los animales domésticos
y entre todos los animales del campo
.Te arrastrarás sobre tu vientre,
y comerás polvo todos los días de tu vida.

15 Pondré enemistad entre ti y la mujer,
entre tu linaje y el suyo.
Él te aplastará la cabeza
y tú le acecharás el talón".

El castigo de la mujer

16 Y el Señor Dios dijo a la mujer:
"Multiplicaré los sufrimientos de tus embarazos; darás a luz a tus hijos con dolor.
Sentirás atracción por tu marido,
y él te dominará".

El castigo del hombre

17 Y dijo al hombre:
"Porque hiciste caso a tu mujer y comiste del árbol que yo te prohibí, maldito sea el suelo por tu culpa. Con fatiga sacarás de él tu alimento todos los días de tu vida.

18 Él te producirá cardos y espinas y comerás la hierba del campo.19 Ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, de donde fuiste sacado. ¡Porque eres polvo y al polvo volverás!".

20 El hombre dio a su mujer el nombre de Eva, por ser ella la madre de todos los vivientes. 21 El Señor Dios hizo al hombre y a su mujer unas túnicas de pieles y los vistió.

22 Después el Señor Dios dijo: "El hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que ahora extienda su mano, tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre".

23 Entonces expulsó al hombre del jardín de Edén, para que trabajara la tierra de la que había sido sacado. 24 Y después de expulsar al hombre, puso al oriente del jardín de Edén a los querubines y la llama de la espada zigzagueante, para custodiar el acceso al árbol de la vida.



Se ve con claridad como un acto de libertad hace que el hombre quede prisionero de su elección. Este texto pretende explicarnos como sucedió aquel primer acto humano libre, por el que nos apartamos de Dios, y cuales fueron sus consecuencias: dolor, trabajo duro, muerte, etc.
En realidad le primer pecado no se sabe bien que fue, no se dice que es una manzana como muchas veces se nos ha contado, nadie pecaría por comer manzanas, sólo se dice que Adán comió del árbol del bien y del mal, también su mujer Eva, sabiendo que estaba prohibido por Dios. De tal forma que fue un acto libre (acto humano) por el que desobedeciendo un límite que Dios había impuesto perdió el “estado original”, de armonía y benevolencia de la naturaleza, para ser desterrado de esta situación a una vida fuera del jardín.
Por eso, debemos preguntarnos en este momento ¿Qué es la libertad para mí?, ¿Cuándo somos auténticamente libres?, ¿Si existe la libertad, es para elegir el mal? En todo caso ¿para qué nos ha creado Dios seres libres?.

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