lunes, 9 de abril de 2012

Carta abierta a Nicolás Alesio de Mauro Calzolari (Córdoba-Argentina)



CARTA ABIERTA A NICOLAS ALESSIO

Nicolás:
Ante la carta que hicieras pública en el diario “La Voz del Interior” el día cuatro de abril de 2012 y en razón de la corresponsabilidad que todos los bautizados tenemos en nuestra Iglesia; me permito agradecerte el valor de poner en consideración un aspecto que nunca es tenido en cuenta ni por la opinión pública ni por los fieles católicos, cual es el sostenimiento económico de los sacerdotes del clero diocesano.
Bien digo valor, porque el sostenimiento de los sacerdotes que están en proceso canónico, bajo sanciones previstas en el código de derecho canónico o que han pedido dispensa en su ministerio sacerdotal para contraer matrimonio y retirarse de su labor pastoral, es central al momento de considerar los episodios salidos a la luz pública con no pocos ex sacerdotes en los últimos años en Córdoba. Lo es, porque el sostenimiento económico actual y futuro de muchos de ellos es el motivo de la pertinaz vocación mediática para generar colisiones que generen repercusión pública – en un medio ya bastante sensibilizado y no bien informado muchas veces – que de oxígeno a eventuales publicaciones editoriales con la expectativa de subsiguientes derechos económicos que las mismas acarrean a sus autores o avalen carreras políticas, con la sola finalidad de obtener ingresos económicos de subsistencia para los otrora ministros de culto y sus actuales familias. No hay otra razón que motive constante escarnio público a la Iglesia que peregrina en Córdoba y en especial a la persona de su Arzobispo, Monseñor Carlos Ñáñéz – sabido por todos que es un hombre de pocas palabras, sin vocación mediática, pero de gestos elocuentes – quién en estos años ha dado muestras de prudencia, espera y diálogo; desconocidas por el gran público.
No me conoces, pero quién te escribe es un agente pastoral comprometido, poco afecto al clericalismo de muchos fieles con actividad eclesial, alejado de toda postura que pueda tildarse de “conservadora” dentro de la Iglesia; pero siempre asumiendo la co-responsabilidad recibida en el bautismo y atento a los desafíos de la fe en los tiempos presentes.
Haces bien Nicolás de transcribir parte del Canon donde se indica de la colaboración que los obispos deben a los sacerdotes en proceso o en cumplimiento de penas canónicas. Me llama la atención ahora tu apego a la fría letra de la norma canónica luego de tus gestos y manifestaciones públicas de rechazo total al mismo derecho eclesiástico en los últimos años.
También me extraña tu vocación por las cartas públicas en medios exigiendo diálogos y escucha; cuando sabes que dispones del celular del Arzobispo que nunca se negó atenderte y estoy seguro que jamás se negará.
Pero volviendo al tema del derecho canónico que ahora comienza a interesarte; el mismo también prescribe que los Obispos deben ayudar a la subsistencia y asistencia de todos los sacerdotes de su diócesis (ya no sólo los condenados en un proceso judicial o dispensados de sus funciones) siempre en la medida de sus posibilidades; y bien sabes por haber ejercido el ministerio casi por tres décadas que los sacerdotes subsisten de los aportes de los fieles en sus comunidades, la mayoría de las veces escaso y que suele no satisfacer elementales necesidades de una persona. Por esa razón la gran mayoría debe ayudarse con otras labores, mayormente en el ámbito de la docencia, que le brinde una normal subsistencia, obra social y principalmente garantice algún ingreso en su vejez; razón por la cual algunos laicos critican a sus sacerdotes porque pueden encontrarse atendiendo labores profesionales y no estar tiempo completo en la asistencia de sus comunidades. Lo mismo te ocurría a vos en los últimos tiempos como párroco, por eso tal vez decidiste trabajar en un Partido Político como personal rentado del Congreso de la Nación ¿te acuerdas?; lo cual entiendo está prohibido en el derecho canónico sin previa dispensa del Obispo.
El tema está que todo el mundo cree que el gobierno sostiene a la Iglesia Católica con mucho dinero y los sacerdotes cobran del erario público, pero tú sabes que no es así.
Un punto no menor es el retiro de los sacerdotes ancianos. Quienes hemos sido testigos directos de la vejez de muchos de ellos, sabemos que pocos pueden realizar algún aporte para una caja de retiros de la Iglesia Argentina (y una buena parte de los sacerdotes jóvenes no lo hacen) para tener una jubilación que hoy es varias veces menor a la mínima en el nivel nacional. Todos sabemos los magros ingresos de nuestros ancianos jubilados a nivel nacional. Si los sacerdotes en actividad tienen problemas de ingresos, ni te cuento los ancianos. Los obispos asisten ayudando a los sacerdotes en esa condición o en la enfermedad, pero no logran hacerlo salvos excepcionalmente a los que se encuentran en actividad.
Te entiendo, un libro bien vendido garantiza con sus derechos de autor (nacional e internacional) costearse una buena casa en un barrio hermoso y estar seguro en la ancianidad. Concretar eso, como algún sacerdote conocido en Córdoba, es un buen anhelo para el futuro. Y eso vale la pena el esfuerzo de comunicación mediática.
Ahora bien, claro que aterra a los ex sacerdotes la subsistencia, porque muchos de ellos no pueden integrarse en tareas docentes en el ámbito civil por no contar con certificación de sus aptitudes educativas en esos ámbitos y ser casi la única actividad para la cual mayoritariamente se sienten capacitados fuera de la Iglesia luego de toda una vida estudios. Por tal razón muchos optan por la militancia política, el lugar justo donde pueden ser reconocidos por una comunidad y la expectativa de un ingreso. Pero hoy la política requiere en muchos aspectos para ser reconocido, el deber de mediatizarse y para mediatizarse hay que generar algún escándalo que genere atención. Los medios de comunicación masivos y las editoriales de libros trabajan hoy con esa lógica. Es así como ahora entiendo la cíclica vocación de crear esa atención mediática que garantice – según esa óptica perversa que domina los medios, la política (en su expresión más baja) y el negocio editorial - la venta de libros o ser llamado a un cargo político para así garantizar sustento personal y la de sus familias.
No es fácil Nicolás; para nosotros los simples fieles, la calle también esta dura. Los entiendo en su necesidad. Pero cuando alguien rompió con alguien a quien quiere, como puede ser una relación de pareja o la tuya con un amor grande a Jesús que te llevó a unirte a la iglesia; luego del dolor de la ruptura, la vida nos brinda opciones para nuestro caminar. Ahora en tu caso ya no estás sólo, tienes tu compañera y niños en ese hermoso andar. Por qué no hacerlo de otra forma, porque si hay otra forma. Mira tu hermano José, también enamorado de Jesús, también dispensado de su sacerdocio, hermosamente integrado hoy al mundo y su comunidad.
Nicolás, has sido valiente de comunicar públicamente tu interés, el tema económico es el tema central en tus continuos escarceos mediáticos con la Iglesia que peregrina en Córdoba y en especial con su Obispo. “La verdad nos hace libres” le recuerdas al Arzobispo en tu carta abierta. Aunque duele muchas veces, no hay nada que nos haga mejor que la verdad.

Mauro Calzolari
5 de abril de 2012.

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