MIÉRCOLES 25 DE DICIEMBRE DE 2013
LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
MISA DEL DÍA
ENTRADA:
Queridos hermanos, hemos venido
peregrinando a lo largo de estas semanas de Adviento, en la espera del
nacimiento del Salvador, y nuestra espera ha llegado a su fin: nuestro Salvador
ha nacido y la fiesta de la Navidad nos llena de alegría, porque
"con la encarnación del Verbo, el Creador ha sellado con los hombres un
pacto de alianza eterna."
Pero es preciso que, todos y cada
uno de nosotros, encontremos el sentido profundo de esta fiesta en
nuestras vidas. Que la palabra de Dios que escucharemos y la Eucaristía que
celebraremos, nos ayuden a acoger la venida del Señor en lo profundo de nuestro
corazón
1ª.
LECTURA: (Is 52, 7-10)
Escuchemos el grito de júbilo del
Profeta porque Dios viene a visitar a su pueblo; porque el Señor viene a
visitar a nuestro pueblo.
SALMO RESP.: (97, 1-6)
R. Los confines de
la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios
2ª.
LECTURA: (Hb 1, 1-6)
Desde tiempos muy
antiguos, Dios preparaba su obra salvadora, el momento que hoy celebramos: la
venida de su Hijo, para darnos a conocer, muy de cerca, quién es Dios.
San Juan nos hablará de
la Luz, de la Vida, de la Gloria y de la Gracia que han entrado en este mundo.
Porque el Hijo de Dios ha venido a vivir en medio de nosotros. Cantemos
jubilosamente el Aleluya.
ORACIÓN DE
LOS FIELES:
"POR CRISTO, LUZ DEL MUNDO, ESCÚCHANOS SEÑOR"
v Padre nuestro, que enviaste a
tu Hijo al mundo para encarnarse no sólo por nosotros, sino en nosotros, te
pedimos por la Iglesia y el Santo Padre, para que esta Navidad fortalezca ese
anuncio gozoso y todos los hombres escuchemos en él a tu Hijo, oremos...
v Padre nuestro, te pedimos por
nuestro Obispo y por nuestros sacerdotes, haz que con sus ejemplos podamos
construir una Iglesia diocesana en la que todos abramos el corazón para
hospedar a Dios, oremos...
v Padre lleno de amor, que
enviaste a Jesús para hacernos verdaderos hijos tuyos, haz que todos,
reconociéndonos como verdaderos hermanos entre nosotros, podamos construir
una patria en la que reine la justicia, la fraternidad y la solidaridad,
oremos...
v Padre rico en
misericordia, que enviaste a tu Hijo a traer la verdadera alegría, haz que esta
Navidad, la visita de la Virgen Madre, acompañe y enriquezca a los que están
solos, a los que sufren, a los que están necesitados de pan y de amor,
oremos...
v Padre nuestro, que enviaste a
tu Hijo para que fuera la luz del mundo, haz que en nuestra comunidad le
ofrezcamos la posada de nuestro corazón, y nuestra mesa abunde de
humildad, ternura, pobreza y amor, oremos...
PRESENTACIÓN
DE LAS OFRENDAS:
Vamos a presentar ahora,
sobre la mesa del altar, el pan y el vino que se convertirán en el Cuerpo y la
Sangre del Señor, y que deben ser un verdadero signo del ofrecimiento de
nuestras propias vidas, para que en ellas, y a partir de este día, nazca realmente
el Salvador.
Al término
del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y
antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
COMUNIÓN:
Un Niño nos ha nacido,
un Hijo se nos ha dado: es el Príncipe de la Paz, que ahora se nos ofrece
sacramentado para que también nosotros recibamos la luz que nos conduce hacia
la Gloria de Dios.
DESPEDIDA:
Que hoy Jesús, en los
brazos de María y bajo la mirada serena de José, nos haga renacer en nuestra
fe. Nos haga conmover ante este Misterio y nos transforme en portadores
de verdad, de bondad, de solidaridad y de perdón. ¡Feliz Navidad!
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